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No es el futuro con el que cualquier campeón de la NBA hubiese soñado. Sin embargo, para Antoine Walker ya es su presente, su realidad. Es que el excampeón con Miami Heat en 2006, quien se encuentra en bancarrota desde 2010 por su adicción al juego, debió vender su anillo de campeón para solventar deudas.
En su época como jugador, Walker llegó a ganar 110 millones de dólares, pero su adicción al juego y su mal manejo de las finanzas lo llevaron a la quiebra. Según trascendió, en su mejor época económica, el jugador llegó a mantener a 70 personas entre amigos y familiares.
Pero los años de bonanza se acabaron cuando los bancos y los casinos de Las Vegas comenzaron a perseguirlo para cobrarle deudas millonarias. El dinero, rápidamente, comenzó a desaparecer...
Acosado por los acredores, Walker comenzó a vender sus propiedades. Luego, ya en quiebra, aceptó jugar en Puerto Rico. Ahora, con 36 años, juega en la NBDL para Idaho, donde promedia 9.9 puntos por partido y comparte una habitación con un compañero de equipo por 900 dólares mensuales.
Sin dudas, Walker llegó al límite máximo de su debacle económica: debió vender su anillo de campeón por 21.500 dólares, dinero que será destinado a pagar más deudas.