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Lejos de escapar a las polémicas, el controvertido dirigente kirchnerista, Luis D'Elía, en su visita al Líbano, volvió a cargar contra la comunidad judía de “usurpar territorios” y de generar “asesinatos y torturas”. Es así que no tardaron en llegar las respuestas. Desde el Centro Simon Wiesenthal, una entidad israelita a nivel mundial, el máximo referente argentino repudió los dichos del referente de la Federación Tierra y Vivienda sosteniendo que sus declaraciones se “enmarcan dentro de sus provocaciones habituales y su alineamiento y defensa al régimen iraní que ha dicho que quiere borrar del mapa a Israel”. Antes estas agraviantes declaraciones, fue sepulcral el silencio del Inadi y de todo el Gabinete del Gobierno. Desde su cuenta personal en la red social Twitter, y en un viaje por el país de Medio Oriente, D'Elía afirmó que, “aquí la sionista Israel torturó y desapareció a 5.000 libaneses”. El piquetero se encuentra en ese país para participar de una marcha a nivel mundial por la causa palestina, según sus propias declaraciones. Esta última afirmación también fue cuestionada por Sergio Widder, representante en Argentina del Centro Simon Wiesenthal al poner en duda quiénes son los verdaderos anfitriones del polémico dirigente y al destacar que la zona donde se encuentra es reconocida por ser donde actúa el grupo terrorista Hezbollah. Pero sus declaraciones vía Twitter no terminaron ahí. En una batería de mensajes que difundió a través de esa red social, el dirigente describió parte de su recorrida por el Líbano, que se inició temprano en el Museo de la Resistencia, donde afirmó que su visita a ese lugar le recordó “la barbarie sionista”. Luego señaló que se dirigió hacia un kibutz (población rural). “Estoy pasando por un kibutz israelí en tierra claramente robada a los palestinos a metros de la puerta de Fátima”, describió. Frente a la condena de estas declaraciones por la comunidad israelita, no llama la atención el silencio del Gobierno nacional y el Inadi. Cabe recordar que días atrás, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, había calificado al gobernador de Misiones de “gordo puto” y de “polacos pata sucia” a los productores yerbateros.