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El Día Internacional de la Mujer en España, lamentablemente, no cambió mucho respecto a otros años en el sentido de que volvieron a quedar en evidencia las diferencias salariales de hombres y mujeres, la violencia de género, la desigualdad social, la ausencia de mujeres en puestos directivos influyentes y demás.
Sin embargo, sí hubo algo distinto que predominó durante la jornada. Y eso fue el debate que generaron las palabras que había pronunciado en las vísperas del 8 de marzo el ministro de Justicia. Antonio Ruiz Gallardón, en referencia a una inminente reforma en la ley del aborto.
En el pleno del Congreso de los Diputados, el exalcalde de Madrid dijo que “en muchas ocasiones” las mujeres se ven sometidas a una “violencia de género estructural por el mero hecho del embarazo”, y esa violencia es tal que -a su criterio- las llevaría a abortar.
Tales dichos eran en respuesta a la pregunta de la diputada socialista Angeles Alvarez, sobre si el Ejecutivo mantenía la intención de “recortar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres”.
Ante su respuesta, se generó así un debate dentro del Congreso que se extendió también a los medios de comunicación y a la redes sociales que ardieron bajo el tema/hashtag #violenciaestructural.
Posiciones enfrentadas
Algunas mujeres se mostraron a su favor y otras, en cambio, rechazaron de plano su intento de socorrer a las mujeres. Esperanza Aguirre, líder del PP en Madrid, por ejemplo, defendió a su compañero y se mostró a favor de dar más medios a las mujeres embarazadas para que eviten recurrir a esta opción.
Por su lado, Elena Valenciano, vicesecretaria general del PSOE, respondió diciendo: “No queremos un ministro que sea una especie de guerrero del antifaz defendiendo a las mujeres sobre la base de su propia ideología o su propia moral. Lo que queremos es ser libres para decidir ser madres o no serlo”.
Aparte, también hubo manifestaciones en la calle y en Madrid miles de mujeres salieron a reclamar la renuncia del ministro, y a exigir otros derechos. Entre las consignas que le coreaban al ministro de Justicia estaban “Gallardón, dimisión” y “Contra Gallardón, feminismo radical”.
Ley de plazos
Es España rige actualmente la ley de plazos, denominada ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo. Esta se aprobó durante el mandato del socialista José Luis Rodríguez Zapatero y se asemeja a la de la mayoría de los países de la Unión Europea. Lo que establece es que el aborto es libre hasta la semana 14 de gestación y a partir de la 22 lo es si la madre corre riesgo de vida o hay graves anomalías en el feto. Y si el caso es extremo, tanto por si hay anomalías incompatibles con la vida o enfermedad extremadamente grave, no hay límite para el aborto. Eso sí, este tiene que estar dictaminado por un comité médico.
Otra posibilidad que contempla esta ley es que las menores de 16 y 17 años pueden abortar sin el permiso de sus padres si alegaban maltrato físico o psicológico de parte de estos. Esta fue una de las cláusulas que más rechazo encontró desde el lado del actual partido gobernante, el Partido Popular.
De ahí que se esté planteando una reforma de la cual no se dieron detalles, si bien sobran las especulaciones. Según el mismo Ruiz Gallardón, la nueva ley estará dirigida “a aumentar la protección del derecho por excelencia de la mujer: el de la maternidad” y a “remover los obstáculos reales que impiden a la mujer ser madre”.
Para el ministro, según sentenció, es “absolutamente insuficiente” una normativa sobre el aborto que se limite a despenalizarlo “sin remover los obstáculos reales que impiden a la mujer su derecho a ser madre, abandonando además la protección del concebido”.