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Concurrí ayer al Banco Nación y me di con cambios en la modalidad de atención al público.
Ya no existía la tradicional fila para acceder a las ventanillas, que aunque lenta, era efectiva. En cambio, había que sacar número con serie, que no coincidían con los de la pantalla del hall. Dos efectivos policiales hacían malabares para atender reclamos y se desgañitaban gritando el orden de los números. Además de la confusión, el hall se prestaba para cualquier delito, debido a que la gente deambulaba confundida.
Los cambios son buenos en la medida que se implementan de la debida manera. Pido a las autoridades de ese banco que realicen los ajustes necesarios de manera urgente, porque los clientes no merecemos perder nuestro tiempo por “innovaciones” mal ejecutadas.
María Dellande
Ciudad