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Y llegó la final de Gran Hermano. Tras cinco meses y once días bajo la lupa de las cámaras de televisión, casi seis meses de exposición mediática las 24 horas del día, todos los días, esta noche se conocerá al ganador del reality de Telefe. Como se supo el miércoles pasado, después de la salida de la mendocina Agustina -última sobreviviente de la denominada Resistencia Blanca-, los finalistas del juego son la bahiense Walquiria, el chaqueño Alex, el tucumano Jorge y el entrerriano Rodrigo, cuatro integrantes de Los Montonegros, el otro bando de la casa. La gala se emitirá hoy, en horario especial, a partir de las 23.15 por el canal de las tres pelotitas (Canal 11 de Salta).
De todos los Gran Hermano que emitió Telefe este fue el más largo -casi seis meses- y, por consiguiente, el más tedioso e interminable. Probablemente fue también el que menos rating tuvo. Esta falta de interés o poco entusiasmo del público por conocer los encuentros y desencuentros de los problemáticos hermanitos llevó a la producción del programa a rebuscárselas para llamar la atención de los argentinos.
La “casa de al lado” fue una de las tantas estrategias. Devenida en “albergue transitorio”, se convirtió en la sede de los encuentros amorosos de las parejitas que se formaron entre las cuatro paredes del reality. Además fue la edición con más contenido sexual. Los encuentros bajo las sábanas no fueron una novedad en este Gran Hermano.
Ni hablar de la entrada del mediático “Tomasito” Sller, que terminó abandonando el juego después de convertir la casa en un conventillo. Otro “gran” recurso fue la entrada de la travesti Dolores, que apenas aguantó siete horas adentro y se terminó yendo, tras sufrir un “ataque de nervios”. Tampoco faltaron las peleas, las escenas de celos y los complots (uno de ellos terminó en una nominación masiva).
Este Gran Hermano tuvo una marcada división de grupos, que hasta incluso “lucharon” por su supervivencia dentro del juego: los Montonegros, liderados por Mario, quien finalmente fue eliminado, y la Resistencia Blanca, que aunque “resistió” hasta la última gala de expulsión no logró tener ni un solo representante en la final.
Tal como la definió su conductor, Mariano Peluffo, una “final montonegra” para la última gala de Gran Hermano. A diferencia de otras emisiones, esta vez no existen grandes favoritos. Además, esta versión se ha caracterizado por los resultados inesperados, por lo que cualquier cosa podría pasar.