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Las declaraciones que el dictador Jorge Rafael Videla concedió, a través de una serie de entrevistas al periodista Ceferino Reato, tiene un efecto depredador, ya que descolocó a propios y extraños al mostrar aspectos ocultos de una etapa negra.
Entre las víctimas de este sinceramiento póstumo cayeron los Timerman, padre e hijo. El represor se explayó sobre el vínculo que su dictadura mantuvo con empresarios de los medios como Jacobo Timerman al que definió como “un amigo”.
“Como dueño de La Opinión había colaborado con Lanusse y siguió colaborando con nosotros, ¡y de qué forma! Colaboraron padre e hijo; el hijo (Héctor, el actual canciller) con La Tarde”, manifestó Videla.
La Tarde fue un vespertino que vio la luz pocos días antes del golpe y duró poco, pero estuvo destinado exclusivamente a justificar el genocidio. Lo dirigía Héctor, de 22 años por entonces, la misma edad que el promedio de los desaparecidos.
“Pasan a ser enemigos, cuando descubrimos que Timerman padre era socio de los Graiver y que, por lo menos, conocía el origen malhabido de los fondos que David Graiver le aportaba para La Opinión. Entre otros fondos, parte importante del secuestro de los hermanos Born”, añadió sobre el financista que manejó los fondos de los Montoneros y que brindaba apoyo al diario de Timerman. “Los medios fueron favorables al Proceso, sobre todo al inicio”, confiesa Videla.
Jacobo Timerman nunca cultivó un periodismo democrático, ya que respaldó a dos dictaduras: la revolución Argentina y el Proceso. Cuando cayó en desgracia, los represores lo detuvieron, lo torturaron, lo sometieron a escarnio y lo exiliaron.