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Llamativamente salió un partido muy pobre en la Bombonera, entre dos equipos que son serios candidatos al título y que ayer tuvieron más miedo a perder que arriesgar.
Boca tuvo un poco más la pelota, pero sin ideas y dependiendo en exceso de Juan Román Riquelme.
Hasta los treinta minutos Vélez lo respetó demasiado a su rival y a partir de allí lo empezó a atacar mediante el buen trabajo de Augusto Fernández, lo mejor de la cancha en la etapa inicial. En la primera parte fue determinante la actuación del árbitro Patricio Loustau, ya que no expulsó a Pablo Mouche a los 14m. por una patada tremenda a Fernando Tobio, que luego salió lesionado, tras perder el balón. Y después el juez se apresuró en echar a Facundo Roncaglia, ya que era una falta para amarilla.
En el complemento, Boca pareció mejor en lo anímico y con un hombre menos jugó mejor que en el primer tiempo gracias a que apareció Riquelme en su mejor versión.
Román estuvo bien acompañado por el sacrificio de Cristian Erbes y por Juan Sánchez Miño, primero en su función como lateral y luego, con el ingreso de Franco Sosa, como volante por izquierda.
A los 6m. el equipo de Falcioni tuvo la más clara con un centro cruzado de Caruzzo para el cabezazo de Mouche, entrando por izquierda, que salió desviado.
Mientras que Vélez estuvo cerca a los 16m. cuando un centro de Fernández permitió dos cabezazos en el área: el primero del ’’Burrito’’ Martínez y luego de Obolo, que se fue afuera.
Pese a que en la segunda etapa el encuentro levantó, estuvo lejos de las expectativas de los dos únicos conjuntos argentinos que todavía participan de la Copa Libertadores.
Aunque el local se mostró un poco mejor, al jugar con más inteligencia ofensiva ante un tibio Vélez, que no se animó a ganar, el partido se quedó en la chatura inicial.