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El niño de 8 años golpeado por otro de 14 en Cachi tuvo ayer una recaída. Al cierre de esta edición, un familiar comentó a El Tribuno que tenía fiebre y que los médicos advirtieron a la madre, Ana Flores, que una vez recuperado, el pequeño podría quedar con secuelas como ser propenso a padecer convulsiones.
“Le volvió la fiebre y la mamá quiere hacer la denuncia aunque ella dice que no sabe cómo hacerla y encima no puede salir del hospital porque el chiquito no la deja. Tiene miedo y no quiere quedarse con nadie más que con su mamá”, fue el relato de la persona que se comunicó con este diario y que pidió la reserva de su nombre.
Ana, quien está embarazada de 8 meses, intentará salir hoy del hospital para poder radicar la denuncia que estaría dirigida contra la Escuela 4063 “Dr. Victorino de la Plaza” de Cachi, por la agresión que sufrió su hijo al salir de clases el miércoles pasado, cerca de las 14.
“No sabe a quién recurrir porque nadie fue al hospital para tratar de ayudarla ni para que ella pueda hacer una denuncia”, aseguró.
Recuerda muy poco
Cuando el pequeño despertó (llegó inconsciente al Hospital Materno Infantil de la capital), recordó muy poco de lo sucedido a la salida de la escuela.
“El solo se acuerda que vio a un chango que lo alzó de una pierna y lo tiró al suelo. De ahí no se acuerda más porque quedó inconsciente por el golpe”, relató el pariente que informó sobre el estado del niño.
La participación de solo un adolescente fue la versión que dio la directora de la escuela, Miriam Martínez, quien en principio había minimizado la agresión al menor.
Sin embargo, la pérdida de conocimiento que sufrió el nene deja un margen abierto a lo que dijeron tres madres que estaban afuera de la escuela el miércoles. Ellas sostienen que fueron cuatro los atacantes.
Incertidumbre
Este caso de violencia escolar (también conocida como bullying), más otros ocurridos también en Salta desnudan los profundos conflictos que atraviesan a la sociedad y que finalmente se expresan en las escuelas. El ministro de Educación de la Provincia, Roberto Dib Ashur, admitió que su cartera no cuenta con índices que enumeren el fenómeno y que a pesar de las medidas que se toman, estos hechos violentos siguen en aumento en los edificios escolares y al terminar el horario de clases.
Dib Ashur no definió un plan que individualice el problema, sino que mencionó una serie de actividades que el Ministerio lleva adelante, sobre todo en los horarios extracurriculares. “Trabajamos con algunas medidas, pero es evidente que el problema sigue apareciendo”, admitió.
“Nos hemos planteado distintas hipótesis para una época en la que intervienen tecnologías y nuevas costumbres de los jóvenes de las que no tenemos antecedentes”, dijo Dib Ashur. El funcionario dijo que existe poca bibliografía acerca de la situación, por lo que “hay que resolver caso por caso”.
Entre las actividades extracurriculares, el ministro mencionó a los centros de actividades juveniles e infantiles y las escuelas abiertas, donde “tratamos de producir acciones vinculantes con la comunidad, tanto de los niños como de los jóvenes”.
Además de las 2.000 becas que anualmente entrega la Provincia, Dib Ashur señaló: “Empezamos con trece centros de actividades juveniles y ahora son 94. A esto hay que sumarles las escuelas abiertas y los centros infantiles, que son cerca de sesenta”.