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Primero, varios videos que mostraban conductas inapropiadas de extranjeros alcanzaron gran difusión en internet. Luego, una operación policial contra visitantes sin visa vigente generó elogios. Y, finalmente, un conductor de televisión instó a sus compatriotas a “desechar la basura extranjera”.
Las muestras recientes de rechazo a los extranjeros han puesto la atención sobre estos, en una época en la que los líderes del país agradecerían cualquier asunto que distraiga la atención respecto de la economía lentificada, un sonado escándalo político y la temeraria fuga de un activista ciego que terminó viajando a Estados Unidos para estudiar.
El Gobierno ha recurrido también a una retórica beligerante contra Filipinas, en medio de un conflicto sobre un conjunto de islas remotas.
Los líderes nacionales y los medios oficiales de China suelen culpar a los extranjeros por las tribulaciones nacionales, explotando un nacionalismo alimentado por los recordatorios constantes de afrentas causadas por otros países a la nación asiática en los últimos dos siglos.
Mientras el país se prepara este año para una transición de líderes, que se produce cada década, el Gobierno parece más sensible que nunca a la interferencia extranjera. La transición ya ha sido empañada por la caída de un prominente funcionario, en medio de una investigación contra su esposa por asesinato.
“Es un momento agitado en China, por la transición política”, dijo James McGregor, abogado prominente de la consultoría APCO Worldwide.
“Así, pienso que ellos se preocupan genuinamente por la agitación desde el extranjero. Siempre recurren a la misma conclusión, "esto debe ser culpa de los extranjeros' cuando las cosas salen mal”, dijo McGregor, quien es también presidente de la Cámara Estadounidense de Comercio en China.
A comienzos de este mes, un video de un aficionado, en una página nacional de internet, mostró a un hombre británico que supuestamente agredía sexualmente a una mujer china, cerca de un centro comercial en Pekín.
La televisión estatal transmitió el video varios días y la Policía informó que el sujeto había sido arrestado.
Luego, las autoridades en Pekín anunciaron una operación de tres meses para detectar a los extranjeros carentes de visas válidas o de documentos que les permitieran trabajar en China. El símbolo gráfico de la campaña era un puño apretado. Muchos cibernautas señalaron que la medida debió aplicarse desde hace tiempo e instaron a la Policía a detener a los extranjeros que comercian drogas ilegales.
Y en este tema fue que intervino Yang Rui, conductor de un programa de debate en inglés, transmitido por la cadena estatal CCTV, quien expresó la semana pasada en un mensaje por internet que la Policía debería detener a los “rufianes extranjeros y proteger a las niñas inocentes”.