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Cuando muchos se escondían, pasaban de largo y se rehusaban a hacerse cargo del hierro más caliente en la rica historia de River Plate, el del momento más doloroso con el descenso consumado, allá por junio de 2011, él apareció para poner la cara, el pecho y su honor en juego.
Con llagas imborrables por haber sido uno de los protagonistas de la historia más negra, Matías Almeyda juró vengar su nombre y el de la institución, pasó el doloroso tránsito de jugador a técnico en el peor momento y se calzó el buzo para exponerse al juicio de la historia.
El entrenador millonario, quien viene manifestando desde hace días hallarse agotado mentalmente, víctima de la presión absoluta por ascender que lo asfixió, no pudo ocultar ayer su tremenda felicidad tras el esperado ascenso de River. Y lloró, en desahogo por más de un año de tensiones extremas, y por la emocionante sensación de cumplir con su deber, independientemente de su continuidad o no en Núñez.
“No lo puedo creer. Es una alegría inmensa. Sufrimos mucho, pero pusimos a River en el lugar que tiene que estar”, expresó el Pelado, con el alivio del objetivo cumplido.
Con una voz rasposa que denotaba el sufrimiento contenido, el DT habló. “Fue muy largo, pero creo que hay que rescatar el sacrificio. Nosotros como grupo fuimos muy unidos. Les agradezco a los hinchas, que llenaron todos los estadios. Sé que volveremos a ser uno de los más grandes del mundo”, apostó con fuerza Matías, quien no se anduvo con chiquitas a la hora de ilusionarse con un renacer de River.
Por otra parte, Almeyda fue contundente al sacarse el pesado rótulo de “ídolo”. “Jamás me voy a considerar un ídolo de River. Soy un obrero del fútbol. Alonso, Passarella, Francescoli, Ortega, esos son los ídolos del club”, remarcó el entrenador, para expresar también que siente “un inmenso amor por esta camiseta. Esta es mi casa y estoy contento y feliz por el ascenso. El campeonato fue muy parejo, atípico, pero estoy contento porque cumplimos el objetivo”.
Consultado sobre las razones del ascenso, Almeyda indicó feliz: “La tranquilidad, la confianza, la perseverancia, el grupo unido, el apoyo de la gente, los grandes profesionales con los que contamos. Es mérito de todos los jugadores, del utilero, del masajista, los dirigentes y el cuerpo técnico. No me quiero olvidar de nadie, porque todos pusieron su granito para lograrlo. En menos de un año pusimos a River en el lugar donde tiene que estar”.
Cavenaghi: "Las críticas nos fortalecieron"
El goleador de River Plate, Fernando Cavenaghi, indicó que el llanto de los jugadores en el final “demostró lo estresante que fue esto. Porque teníamos una gran responsabilidad y me siento orgulloso de haber vuelto, ser capitán y haber salido campeón con el club que amo”.
“Todavía no caigo, porque fue un año duro, sacrificado, costó mucho salir campeón, dar la vuelta y devolver a River al lugar que se merece, pero lo logramos”, añadió el delantero que retornó para sumar en el momento más difícil. “No imaginaba lo que pasó. Lo extrafutbolístico influyó en el proceso. Con cada resultado adverso nos criticaban y generaban pánico, pero eso nos hizo más fuertes y unidos”, concluyó un Cavenaghi emocionado.
El Chori Domínguez empezó a despedirse
Alejandro Domínguez fue uno de los más emocionados en la mágica tarde del regreso de River a la Primera División, quien sabe que deberá volver al Valencia de España y que está muy complicada su continuidad en Núñez.
“Voy a extrañar todo lo que me tocó vivir en este club. La cancha, la gente. Esperemos ser positivos y ver lo que sucede”, fueron las primeras palabras del Chori Domínguez, luego del gran triunfo ante Almirante Brown. “Es difícil saber cómo sigue todo esto ahora, en principio me tengo que volver a España. No sé nada, todavía no hablé con nadie”, agregó el delantero, a quien el 30 del corriente se le cumple el préstamo. Es prácticamente un hecho que River no haría uso de la opción por tratarse de una elevada cifra económica por el creativo millonario.
El Chori reconoció que siempre fueron los máximos candidatos, por eso la alegría es mayor: “Sabíamos que éramos los mejores, pero lo teníamos que demostrar. Nunca salimos del puesto de ascenso directo y a eso hay que remarcarlo”, consideró.