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La crisis entre Turquía y Siria, que se desató luego de que Damasco derribara un avión turco, se profundizó ayer con el despliegue de vehículos militares turcos en la frontera con Siria, entre los que se encuentran quince tanques acorazados así como armas de largo alcance. El movimiento militar, que comenzó a la madrugada, se produjo horas después de que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, pusiera en alerta roja a sus tropas. Como parte de la maniobra militar, trece áreas cercanas a las provincias de Hakkari, Diyarbakir y Sirnak -todas cerca de la frontera con Siria- fueron declaradas temporalmente zonas militares. El convoy militar viajó fuertemente escoltado como medida de precaución ante un posible ataque por parte del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que hace varios años se enfrenta al Gobierno de Ankara, según informó la agencia Dogan.