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Silvia Mercedes González, la acusada, tirada en la cama y en medio de un desorden inexplicable, manifestó: “A mí me detuvieron y me patotearon seis policías. Nosotros llamamos al 911 porque la supuesta dueña de la casa gritaba. Vino la Policía y a mí me llevaron engañada a la comisaría 5, supuestamente para radicar una denuncia contra la Orce, quien es insana. En un momento determinado, yo le dije a un policía que por favor cerrara la canilla de la cocina pero no me llevó el apunte. Yo estoy muy mal, ni siquiera puedo ir al médico. Tengo un certificado de discapacidad, ya que tengo epilepsia, convulsiones y artrosis. Una vez que fui a la comisaría me dijeron que iba a quedar demorada y yo les dije que no podían detenerme porque tengo mi hijo discapacitado, él padece ataxia hereditaria. Me pintaron los dedos y me llevaron la Alcaidía Judicial. Estuve ahí 10 horas. Voy a hacer una denuncia mañana (por hoy)”, sostuvo. “Nosotros no somos usurpadores, alquilamos el lugar desde febrero, por $600 mensuales y lo que pedimos es que alguien se haga cargo de Cristina Orce”, finalizó la mujer.