inicia sesión o regístrate.
Falta de personal médico de distintas especialidades, infraestructura obsoleta y movilidad reducida, a lo que hay que sumarle las dificultades que tiene una persona en hacerse estudios básicos, hacen que muchos pacientes se atiendan en la Capital salteña. Estos factores se hacen notorios en el interior cuando se desata una emergencia o hay un diagnóstico clínico, y no necesariamente de alta complejidad. Un ejemplo reciente fue el niño de Isonza con traumatismo encefalocraneano, que fue derivado al Hospital Materno Infantil por la noche y falleció 48 horas después.
¿Por qué no equipar a los hospitales del interior para hacer frente a las consultas médicas de todo tipo? La respuesta que surgió es que el sistema sanitario de la provincia se caracteriza por una creciente derivación de pacientes en búsqueda de centros de mayor complejidad.
En localidades como General Gemes, Rosario de la Frontera, Metán, Cachi, Cafayate y Orán no hay, o son insuficientes, especialistas.
El Tribuno hizo un relevamiento por los hospitales de esas localidades y el problema común fue la falta de médicos para áreas básicas que van desde ginecólogos, anestesistas, neurólogos, bioquímicos, traumatólogos, entre otros. La aparatología en algunos casos es obsoleta, mientras que en otros los hospitales ni siquiera cuentan con camillas en condiciones ni elementos para hacer curaciones.
Las derivaciones a Capital se hacen por neurocirugías, traumas renales, aunque también por embarazos riesgosos y cesáreas, entre otros.