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Sandra González (44), propietaria de la ferretería Virgen de Itatí, ubicada en la manzana 22, casa 27 del barrio San Carlos, en el que residían Luján Peñalva y Yanina Nuesch, brindó su testimonio a El Tribuno, ya que dos chicas compraron sogas días atrás en su local comercial y la Policía sospechaba que podían haber sido ellas.
“Yo no recuerdo si fueron ellas. Solo me acuerdo que unos días antes, el 10 de julio, aproximadamente, vinieron dos chicas a buscar sogas para saltar. Yo les quería vender dos metros y medio y ellas dijeron que era corta, que querían un poco más. Entonces llevaron dos por el valor de $24, en total unos cinco metros y no los ocho que tenía, según las informaciones, la cuerda con la que se colgaron las víctimas. Luego se fueron como cualquier cliente. No recuerdo el horario, ni cómo estaban vestidas. Acá vienen varias chicas a buscar piolas para gimnasia rítmica o aros de hula hula”, explicó.
“No puedo asegurar que esas chicas que vinieron a comprar hayan sido Yanina y Luján. No las reconozco”, señaló.
“Tampoco recuerdo qué tipo de soga llevaron porque vendo dos clases. Una sale $5 y otra $6, una es más gruesa que otra”, añadió.
La mujer fue citada a declarar ayer, a las 13.30, a la subcomisaría de San Carlos. “La Policía quiere que les cuente este episodio. Estoy colaborando porque tengo una hija de 14 años y no quisiera que haya un asesino suelto. Tengo terror por mi hija. Quiero que se aclare si ellas se han suicidado o las han matado”, finalizó González.