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Indudablemente el IPS es una institución valiosa para sus afiliados. El mes pasado concurrí a la filial habilitada en la policía central a autorizar sesiones de fisioterapia para mi esposo.
Allí me atendió la empleada Marlene del Valle Moretti, quien se equivocó cambiando el nombre del fisioterapeuta número de matrícula y etc.
Yo recibí la orden autorizada y así la entregué a la profesional quien sí notó el grueso error.
Debí volver y soportar la larga cola que habitualmente se forma de veinte a veinticinco personas; cuando le hice notar su error me contestó airadamente: “¿Y UD. nunca se equivoca?!”. Me pareció una expresión muy desatinada, que no justificaba para nada su equivocación y se lo hice notar diciéndole que más bien correspondía que me pidiera disculpas.
Para abreviar, me retiré finalmente con la nueva autorización otra vez incorrecta! Ya que figuraban 7 sesiones y el pedido del médico eran por 8.
Otro rechazo y vuelta a reclamar. Cuando fui nuevamente, ya francamente belicosa, me dijo que ella me había advertido que solo autorizaban 7 y que no quería hablar más conmigo.
Le avisé que hablaría con alguna autoridad a lo que contestó: “Hable con quien quiera!”. Y dio por terminada la atención.
Finalmente concurrí a la auditoría en la casa central, donde sí me autorizaron el pedido.
Todo mi peregrinar me produjo un gran cansancio, físico y moral. Solo espero que esta situación que hago pública sirva para llamar a la atención a la empleada mencionada y a la vez sugerir a quien corresponda, que se habiliten cajas para mayores de 70 años ya que un trajín de esta naturaleza puede ser muy penoso para los maduros. Solo me anima la esperanza de que las cosas cambien para bien de todos.
Carmen Rosa Rivero de Lisi
Bº Tres Cerritos