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Las vicisitudes del Congreso de Tucumán

Sabado, 07 de julio de 2012 23:54
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Mañana lunes se cumplirán 196 años desde que el Congreso de Tucumán declaró la Independencia. Fue convocado por el gobierno de Buenos Aires surgido en abril de 1815, cuando una revolución destituyó a Carlos María de Alvear, segundo Director Supremo de las Provincias Unidas.
Ese nuevo gobierno propuso: a) optar por una forma de gobierno para las Provincias Unidas; b) elegir un lugar intermedio de las provincias para realizar el Congreso General; y c) nombrar una Junta de Observación para que redactara un Estatuto Provisional que sirviera para dirigir y administrar el Estado.
 

Un mes después, la Junta de Observación, integrada por Tomás Anchorena, Esteban Gascón, Pedro Medrano, Antonio Sáenz y Mariano Serrano, y los suplentes Manuel Obligado y Domingo Zapiola, dio a conocer el trabajo encomendado. El Estatuto disponía que las Provincias Unidas serían gobernadas por un Director de Estado titular y otro suplente, y que el Congreso General se realizaría en Tucumán. De inmediato el Gobierno de Buenos Aires designó Director de Estado titular al general José Rondeau, jefe del Ejército del Norte que estaba por expedicionar al Alto Perú y, como suplente, a Ignacio Alvarez Thomas, quien asumió de inmediato.
 

Aceptaciones y rechazos

El Estatuto, fue aprobado por las provincias del oeste y del norte, pero Cuyo, Salta y Córdoba, aceptaron únicamente la convocatoria al Congreso. Tucumán aprobó todo “momentáneamente”, y las provincias del litoral o “Pueblos Libres”, lo rechazaron de plano, siguiendo adelante con el Congreso de Oriente.
 

Expedición al Alto Perú

Y mientras se convocaba al Congreso de Tucumán y Alvarez Thomas negociaba con Artigas unificar los congresos, el Director titular, general José Rondeau, iniciaba su marcha hacia el Alto Perú. Iban con él, Martín Güemes y sus gauchos.
El 19 de febrero de 1815, Rondeau sufrió un duro revés en El Tejar, plena Quebrada de Humahuaca. El 17 de abril, en Puesto del Marqués (Yavi), la suerte cambió y los patriotas triunfaron con la activa participación de Güemes, acción que fue desconocida por Rondeau. Luego, Güemes y sus gauchos, abandonaron el Ejército del Norte y al pasar por Jujuy se apoderaron de unos 400 fusiles.
Ya en Salta, Güemes removió al gobernador directorial Hilarión de la Quintana y entregó el poder al Cabildo, exigiendo elección popular para gobernador. El 6 de mayo de 1815, se votó en la plaza Mayor y ese día Martín Güemes fue consagrado primer gobernador electo en Salta y en todo el territorio de las Provincias Unidas.
 

Venta y Media y Sipe-Sipe

Y mientras Martín Güemes era electo en Salta, el Ejército del Norte continuaba adentrándose en el Alto Perú.
 

Pasaron los meses y el 19 de octubre, en Venta y Media, a seis leguas de Cochabamba, Rondeau fue derrotado por Olañeta. Mueren más de cien patriotas y milagrosamente se salvan Lamadrid y José María Paz. Este último, pierde un brazo y desde entonces será el “Manco” Paz. Luego de Venta y Media, poco puede hacer Rondeau. Continúa hacia el norte, hasta Sipe-Sipe y allí nuevamente es derrotado, esta vez por Pezuela. Pierde más de dos mil soldados, entre muertos, heridos y prisioneros.
Para los historiadores, Sipe -Sipe es solo comparable a Huaqui, los dos más graves desastres sufridos durante la guerra de la Independencia.
 

Luego de Sipe-Sipe, Rondeau y unos 1.500 sobrevivientes, abandonaron a duras penas el Alto Perú. Al llegar a la Quebrada de Humahuaca se encontraron con French y un refuerzo de mil hombres. Los 2.500 soldados acamparon en Humahuaca, y es allí donde Rondeau es convencido por sus oficiales y jujeños notables de que debía desalojar a Güemes de la gobernación de Salta. Todos los intrigantes tenían vínculos de amistad o de familia con los partidarios de la Patria Nueva de Salta y del depuesto Hilarión de la Quintana. Instan a Rondeau que actúe como Director titular, que destituya a Güemes y que entregue el poder a los “patriotas nuevos”, surgidos como hongos después de la Batalla de Salta.
Convencido Rondeau de que debe deshacerse de Güemes, el 13 de marzo parte a Salta dispuesto a iniciar una guerra civil frente al enemigo común que avanzaba desde el Alto Perú. El 20 de marzo llega hasta Los Cerrillos y el 22, al verse vencido, firma el “Pacto de los Cerrillos”, por el cual Salta logra autonomía en la guerra de la Independencia, y el Congreso de Tucumán puede sesionar.
 

Congreso de Tucumán

Luego de Los Cerrillos, Rondeau retorna a Jujuy y desde allí ofrece su renuncia al Congreso. Como este no le responde, anuncia su repliegue a Tucumán. La noticia alarma a los congresales pues ya saben que los oficiales de Rondeau, French, Pagola, Rojas, Hortiguera y Vidal, se oponen a la política que ellos trataban de llevar adelante. Así es que ordenan a Rondeau “no avanzar sobre Tucumán”. En tanto, bajo poncho lo reemplazan por Manuel Belgrano.
En mayo, el Congreso designa como Director Supremo a Juan Martín de Pueyrredón, quien de inmediato se traslada a Trancas, parlamenta con Rondeau y separa de un plumazo a los oficiales sospechosos.
Conjurado el peligro, el Congreso continúa sesionando y, como todos sabemos, sin enemigos a la vista, declara la Independencia el 9 de julio y, dieciséis días después, (el 25) crea oficialmente la Bandera. Dos objetivos que la Asamblea del Año XIII no había podido concretar.
 

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