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Dirigentes y legisladores de diversos partidos políticos han denunciado que la agrupación kirchnerista La Cámpora está realizando talleres en escuelas primarias y colegios secundarios de todo el país, en los que efectúa tareas de adoctrinamiento político, y que ahora fueron incluidos los jardines de infantes.
En esos talleres los camporistas, entre otras acciones, reparten a los chicos ejemplares de la historieta “El Eternauta”, personaje cuyo rostro original fue cambiado por el de Néstor Kirchner. Los talleres forman parte del programa “El héroe colectivo”.
Franco Vitale, titular de la Dirección de Fortalecimiento de la Democracia, fue denunciado penalmente por los presuntos actos proselitistas de La Cámpora en escuelas, colegios y jardines de Infantes. Vitali depende de Jefatura de Gabinete, que está a cargo de Juan Manuel Abal Medina.
La denuncia fue recibida en la Cámara Federal que, por esos misteriosos sorteos, la envió al juzgado de Norberto Oyarbide. Y allí quedó radicada con el número 8664/2012. Hasta más ver.
Estaría de más decir, pero lo digamos, que la Casa Rosada y sus “soldados” no se quedaron con los brazos cruzados, y defendieron y justificaron los talleres políticos que La Cámpora ensaya en las escuelas destacando que ese es un quehacer para “formar argentinos comprometidos con su país”. Y se añadió que “no sólo es formación capacitar a alguien con las manos; si no tenés nada en la cabeza, no tenés dónde meter las manos, o por ahí las metés donde no corresponde”. Ajá!
Este asunto, grave de por sí, de manipular la mente de los chicos no es una novedad en la Argentina. Veamos un ejemplo. El 24 de marzo de este año un grupo de niños menores de 10 años fue llevado a un escenario montado en el exterior del edificio donde funciona el Congreso Nacional. Allí se habían instalado gigantografías de personas no gratas al oficialismo, y los chicos recibieron una invitación: “Escupí tu bronca”.
Fue un escupidero público. Ese “kínder fascista”, como alguien lo llamó, salivó a decenas de imágenes de ciudadanos acusados, a la ligera, de complicidad con la dictadura. Muy instructivo.
Y no nos olvidemos del viejo peronismo con sus famosos textos escolares.
Y reiteramos, el asunto es grave. El intento de manipular la mente de los niños, adoctrinándolos, es una conocida práctica de los sistemas totalitarios, como lo fue el fascismo, con el propósito de mantener y difundir la imagen del régimen. En este caso, La Cámpora estaría usando fondos públicos para “bajar línea política a los alumnos”.
Si esto no es para sancionar orsai, los adelantados pueden estar tranquilos.