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He observado la ocupación de policías de áreas ajenas a Tránsito en tareas de control vehicular. La medida parece muy oportuna, puesta la casi inexistencia de delito en Salta, la rápida dilucidación de lo pocos que se cometen y la captura de los culpables de ellos, como así también el veloz juzgamiento y condena de los mismos, lo que ha vaciado de delincuentes nuestras calles, pues prácticamente todos los que hacen del delito una profesión están presos. Es por dicha razón que parece conveniente emplear los policías, obviamente ociosos, en el control del tránsito.
De mismo modo, es acertadísimo concentrar dicho control en las áreas urbanas y suburbanas, pues es sabido que casi todos los accidentes fatales se producen en ellas, provocados en su mayoría por viejos vehículos que carecen del correspondiente control vehicular.
Por fortuna, no es necesario controlar las rutas, pues allí prácticamente no hay accidentes. Se respeta a rajatabla el límite máximo de 110 km/h y nadie conduce alcoholizado o drogado. Como si lo enunciado fuera poco, la cobranza de multas confiscatorias enriquece el erario y el dinero así recaudado puede destinarse a los patrióticos usos que todos conocemos.
Carlos Alberto López
El Encón