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El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, advirtió ayer de las “consecuencias incalculables” que se derivarían si las armas químicas de Siria fueran a parar “a malas manos” y apeló a todas las partes implicadas a “no jugar con fuego. Tenemos que hacer cuanto esté en nuestras manos para que no se produzca esta situación”, apuntó Westerwelle, respecto a los peligros que representaría “para toda la región” si en medio del caos que vive Siria las armas químicas fueran a parar “a malas manos”. Israel viene advirtiendo del temor de que la guerrilla islámica Hizbulá se haga con este tipo de armas.