¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
20°
6 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Las presunciones y certezas del Fondo de Reparación Histórica

Lunes, 17 de septiembre de 2012 16:08
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

 El tratamiento dado por el Gobierno, a través del coordinador Rodolfo Urtubey, al Fondo de Reparación Histórica, nada menos que 807 millones de pesos, podría configurar un caso típico de malversación de fondos públicos, una figura delictual del Código Penal que condena la sustracción de dinero del Estado o su uso para fines distintos a los que fueron destinados.

Sobre el tema, la opinión pública salteña va formando presunciones y certezas a partir de señales que recibe desde los ámbitos legislativos y ejecutivos.Con mayor o menor medida, estas señales dejan lugar a una sospecha que es cada vez más evidente: el dinero se maneja con muy poca claridad.


Cuando desde la Cámara de Senadores de la Provincia, legisladores de la oposición intentaron aprobar un pedido de informe al Poder Ejecutivo Provincial sobre el manejo de los recursos que integran este Fondo, la respuesta de los legisladores oficialistas fue realmente vergonzosa. Pidieron un cuarto intermedio, se encerraron en una oficina, consultaron con funcionarios del Ejecutivo Provincial, salieron al recinto y levantaron la mano descaradamente rechazando el pedido de informes, sin expresar motivo alguno.
¿Por qué el “cuarto intermedio”?, ¿por qué los brazos levantados sin explicación y masivamente?, ¿por qué el rechazo? Invariablemente se debe presumir que algo se está ocultando. Es evidente. Sobre todo si se tiene en cuenta que muy rara vez un pedido de informes en la Legislatura es rechazado.


La segunda presunción surge de las mismas expresiones del coordinador del Fondo, Rodolfo Urtubey. Cuando la prensa le consultó dónde estaba el dinero del Fondo de Reparación Histórica, obtenido a partir de la colocación de bonos hidrocarburíferos de la provincia, el funcionario respondió que se había puesto en plazo fijo para evitar que la inflación lo consuma antes de que se use.


Pocos días después, la prensa volvió a preguntar y el mismo funcionario respondió que había sido incorporado al presupuesto provincial. ¿Acaso se debe suponer que el coordinador del Fondo no sabía dónde estaba el dinero?, ¿por qué la necesidad de dar dos respuestas distintas a una misma pregunta?
Sin embargo, también hay certezas que son tan intolerables como las presunciones.
La primera de ellas es que el dinero del Fondo fue diluido en los recursos corrientes del presupuesto provincial. Es decir que se incorporó al presupuesto sin especificar que su destino son las obras previstas originalmente. De esta manera el Poder Ejecutivo Provincial podría usarlo para pagar sueldos, aumentar el de los funcionarios, comprar vehículos, escritorios y alfombras, viajar al exterior o solventar campañas electorales. Lo que sea.
Con este razonamiento se podría decir incluso, que el Fondo de Reparación fue una figura que se inventó para conseguir el dinero y, una vez recibido el mismo, fue derogado o anulado.


La segunda certeza es que los 807 millones del ex-Fondo de Reparación Histórica no van a destinarse a las obras anunciadas. Al menos no en su totalidad, pues el hecho de haber sido ingresados al presupuesto provincial sin asignación específica no es casual. Los funcionarios saben muy bien lo que hacen cuando ingresan fondos al presupuesto, pues el sistema les permite 2 opciones: aplicarlos a gastos corrientes o incorporarlos como fondos de obras preasignadas. Si lo ingresaron como gasto corriente es porque optaron por usarlo como gasto corriente. Esto es una certeza.
La tercera certeza es que la Legislatura asiste contemplativa a esta situación como un testigo mudo y han de seguir en esta actitud.


Si los legisladores no se atrevieron a pedir un simple informe, menos se atreverán a controlar. Otro tanto pasará con la Auditoría General, donde los auditores dirán que solo actúan ante el “hecho consumado”.
El coordinador del Fondo Rodolfo Urtubey descarga responsabilidades sobre los intendentes. A todo esto, el dinero del ya inexistente Fondo de Reparación Histórica del Norte Salteño va diluyéndose entre tentáculos burocráticos, mientras miles de salteños aguardan esperanzados las promesas de infraestructura, trabajo y mejores condiciones de vida.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD