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Luis Herrera: ?En el Materno hay mucho para recomponer?

Domingo, 23 de septiembre de 2012 12:48
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“Ojalá sepamos aprovechar esta oportunidad” opinó Luis Herrera sobre el reciente cambio de conducción en el Materno Infantil. Lo ve como una instancia que puede redundar a favor del hospital -entendido como trabajadores y pacientes- y de la salud en general.

De profesión cardiólogo pediatra, lleva ya 30 años de servicios en la salud pública. Como se sabe, entre 2004 y 2007 fue director del entonces Hospital Niño Jesús de Praga. En la actualidad es médico de planta del Materno Infantil, dirige la Cooperadora del establecimiento -de la que depende “La Casa del Niño”- y preside la Filial Salta de la Sociedad Argentina de Pediatría.

¿Cómo ve este cambio de conducción en el Materno Infantil?

Como una oportunidad para empezar a salir de los conflictos y seguir trabajando como todos los días. El hospital en ningún momento ha dejado de prestar sus servicios por ser el principal centro de referencia en pediatría de la provincia.

¿Como vio el conflicto de este último tiempo?

Con mucha preocupación, por lo que pasó; problemas relacionados con la atención, la forma como se los trató, por las familias afectadas, por nuestra comunidad hospitalaria y su imagen ante la sociedad; hay muchas cosas que recomponer. Para mí fue el desencadenante de haber empezado a hacer las cosas mal en 2008

El hospital de niños de estos últimos años tiene una historia interesante de ser contada. En septiembre del 2008 se realizó un traslado compulsivo a causa de los múltiples casos de gripe, traslado al que, a mi entender, le faltó planificación, un desplazamiento muy conflictivo. Al llegar nos sorprendimos porque todos los mandos medios estaban ya prácticamente distribuidos, sin haber mediado ningún concurso. Esto generó mucho malestar en el personal, motivando que muchos solicitaran retiros voluntarios, traslados a otros organismos de salud. Así se perdieron valiosísimos trabajadores por sus conocimientos médicos y de gestión.

Fuimos en ese momento maltratados, con el ministerio haciendo la vista gorda de esa situación. No respetaron las historias, trayectorias, compromiso y dedicación en la función pública de muchas personas, entre otras cosas.

Como cuáles ...

Como que dos años después, al irse los españoles, el Ministerio formó una sociedad del Estado. Y fue otro ninguneo del Ministerio hacia los pediatras porque en los cargos de conducción no se vuelve a tener una representación genuina del viejo hospital. Se pasó “la aplanadora” sobre gente muy entrenada, capacitada, formada en escuelas de salud pública, con pleno conocimiento del hospital y de los procesos de atención. Hasta ahora el gobierno actual no se hace cargo de la manera en que formó esa Sociedad del Estado.

¿Se improvisó?

No sé si se improvisó, pero no se actuó de la forma que se debía.

Para usted, el traslado del “Niño Jesús de Praga” no fue como el traspaso de la Maternidad, en el 2000.

Obvio que no, porque con la Maternidad se hizo un trabajo diferente, fue programado, ordenado, muchos se postularon para pasar. En cambio, en el traslado 2008, como toda cosa nueva, a los que veníamos del Niño Jesús de Praga nos costó la adaptación, porque no hubo pasos previos ni una prueba piloto con el personal instalado allí. Fue compulsivo. Y también lo sufrieron las enfermeras, los administrativos y el personal de servicios generales. Así transcurrió una gestión bastante especial de los españoles, que si bien es cierto tienen mucha experiencia en este modelo de gestión hospitalaria, ellos gerenciaron un hospital moderno con un gran presupuesto en relación con los otros servicios públicos de salud de capital y del interior.

En esos momentos, ¿por qué Santa Tecla no se hizo cargo también de las salitas barriales?

Porque no les convenía.Yo en 2008 me desempeñaba como coordinador de la Red Operativa Noroeste del Primer Nivel de Atención, y me encargaron llevarlos a los españoles a conocer los centros de salud en Atención Primaria, desde Vaqueros hasta Atocha.

Se dieron cuenta que todos estaban con carencias de todo tipo. Vieron que no iba a ser viable y al poco tiempo desistieron y no se habló más de asunto.

En relación con esa época, ¿cómo ve hoy a los centros de salud?

El Primer Nivel de Atención sigue siendo un gigante con pies de barro, porque no se logró nunca su jerarquización, a pesar de los importantes servicios que presta en esta ciudad, que creció en forma desordenada.

Las salitas dicen que se las apoya poco y se les pide mucho...

Para mí, el fondo de la cuestión es que nuestro sistema de salud no es equitativo ni sustentable. Porque no es igual la atención al paciente en capital que en el interior y en los barrios alejados.

La Municipalidad de la capital debería apoyar estos servicios que están instalados en el corazón de los barrios salteños.

Casi todos se quejan de problemas con la infraestructura.

Es que hay servicios que funcionan colados o pegados, en espacios físicos que corresponden a escuelas o a centros vecinales, sin que hasta ahora les den solución. Y hay salitas con problemas de estructura edilicia que tampoco se afrontan, a pesar de los informes elevados en su momento y a la reglamentación del Colegio de Médicos.

¿Como por ejemplo?

Le cito uno bien común y elemental, y es que a mí, para poder trabajar, me exigen pileta dentro de mi consultorio para el lavado de manos, lo que en muchos lugares no se cumple. En instalaciones para servicios de salud la reglamentación debe ser igual para lo público y privado. La ley pareja no es dura.

Quizá por esas diferencias tan notorias la mamá prefiere llevar al niño al hospital y no a su salita.

Para mí, una de las causas tiene que ver con la madre que trabaja, que cuando llega a su casa, si su hijo necesita atención ya no puede recurrir al centro de salud, porque son pocos los que funcionan las 24 horas, y aún así no siempre hay un pediatra en ese horario. Entonces se va al hospital porque está segura de que ahí hay pediatra y que la va a atender aunque tenga que esperar mucho. Mi propuesta es que las salas de espera abarrotadas de pacientes cuenten con un médico que recorra y mire los cuadros clínicos para que se vayan tomando conductas para el afiebrado, el dolorido, etc. y así mejoramos la calidad de la atención.

¿Cómo ve el proceso por la muerte de Luciano Martínez, el niño de Isonza?

Hay que respetar el dolor de esa familia y aprender de las enseñanzas que nos deja esta muerte, porque los médicos somos muy críticos de nuestros actos. El caso se judicializó y hay que dejar que la Justicia determine si hubo errores en el proceso de atención y cuáles fueron. Lo que si hay que reconocer es que hubo una terrible falta de ética en muchos aspectos; en el comportamiento, en cómo el caso se mediatiza a través de una grabación. Eso no debe quedar ahí, tanto para quien grabó como para quien lo dio a conocer.

¿Debe intervenir el Colegio Médico?

Yo creo que sí, esto tendría que aclararlo y expedirse, de tal forma de que estas cosas no vuelvan a suceder, porque nos puso en la picota de todo el mundo. Prácticamente se demonizó al médico, quedamos como que arreglamos ciertas cosas entre nosotros, y no es así. Somos trabajadores para la salud de las personas, benevolentes, debemos tener un fuerte compromiso con la moral y la ética.

¿Qué opina de los cuestionados llamados a concursos, ya anulados?

Que no hubo reglas claras, y eso trajo impugnaciones, reclamos ante la ley, más conflictos. Evidentemente, cuando las cosas llegan a la Justicia es porque la política falló; la de salud la maneja el Ministerio y la institucional la conducción del hospital. Los concursos son necesarios, blanquean muchas cosas, es lo que permite un mejor orden y funcionamiento de los servicios hospitalarios, son para que los gane el mejor, y para ello el proceso debe ser intachable.

¿Cómo vio que el propio gobernador fuera al hospital a dar explicaciones a los padres que reclamaban por cirugías postergadas?

Creo que al gobernador le hicieron decir algo que no era lo adecuado. Aducir que era porque faltaban terapistas es aceptar que hay problemas de gestión, porque si me pongo a solucionar cardiopatías es porque tengo el equipo sólidamente armado; si algo me falta no lo hago. El principio es solucionar lo que se pueda y lo que no, derivarlo adonde puedan resolverlo. Ahora es muy importante tener en cuenta que toda lista de espera es peligrosa, mete mucho miedo y angustia a los padres por la cuestión vital de la enfermedad. Cada paciente es único y en el caso de las cardiopatías, más todavía, ya que algunas pueden quemar más que otras. En el Materno Infantil tenemos médicos cardiólogos y cirujanos cardiovasculares competentes que van a enfrentar las diferentes enfermedades como corresponde según cada caso en particular.

¿Cuentan para ello con fondos nacionales?

Sí, del Programa de Resolución de Cardiopatías del Plan Nacer. Es una gran cosa que la Nación financie para que en Salta podamos solucionar. Es un gran avance, que no sé si lo estamos aprovechando al máximo, pero seguro que lo tenemos que capitalizar mejor. Creo que el hospital público debe estar a la vanguardia de todos los adelantos que tiene la medicina de hoy en todas las especialidades.

Para usted, ¿cuál es hoy la prioridad del Materno Infantil?

El refuerzo de las guardias, las especialidades críticas, poder contar con políticas de salud para que no haya migración de los profesionales que se forman en la provincia a otros lugares del país, y lograr su radicación en el interior de Salta. Reconocemos que el hospital agregó consultorios externos para consultas espontáneas, para chicos que lleguen y no tengan turno. Es algo muy bueno, positivo, pero necesitamos también que el número de pediatras en determinadas horas sea mayor, porque a veces los procesos de atención no son rápidos, son según la patología y su complejidad. Lo otro es la asistencia en los pisos, tiene que haber un pediatra más al menos, uno es insuficiente para la cantidad de camas. Hay días en que hay solo un pediatra, más los residentes de guardia, que es un recurso que está capacitándose bajo el control de sus jefes y profesionales de más experiencia. Se necesita personal en cantidad adecuada para el cuidado de los niños internados.

¿Cuántos pediatras hay en la provincia?

En capital alrededor de 200, muchos certificados como especialistas y otros con antecedentes en pediatría. En el interior habría menos de 100.

¿Es un recurso mal distribuido?

Puede ser, porque la mayoría desarrolla su actividad en capital. Cuesta mucho irse al interior, porque es una migración no querida muchas veces. Los sueldos no son atractivos, hay que llevar a la familia, el tema de la vivienda, la presión social y política, el trabajar en lugares de extrema pobreza, etc.

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