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Una joven confesó que se prostituía y su exnovio la mató

Lunes, 24 de septiembre de 2012 14:54

El asesinato de Ruth Thalía Sayas, una joven peruana de 19 años que participaba de un “talk show”, por parte de un exnovio, conmocionó a Perú y suscitó reflexiones sobre la violencia de género y las estrategias a las que se recurre en TV para ganar rating.
“Puede haber ciertos secretos que contarlos sea positivo, pero en general la intimidad y la privacidad tienen sentido, y exponerlas al resto de la sociedad no es recomendable”, le dijo a Diario 16 el crítico de TV Fernando Vivas.

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El asesinato de Ruth Thalía Sayas, una joven peruana de 19 años que participaba de un “talk show”, por parte de un exnovio, conmocionó a Perú y suscitó reflexiones sobre la violencia de género y las estrategias a las que se recurre en TV para ganar rating.
“Puede haber ciertos secretos que contarlos sea positivo, pero en general la intimidad y la privacidad tienen sentido, y exponerlas al resto de la sociedad no es recomendable”, le dijo a Diario 16 el crítico de TV Fernando Vivas.

Ruth Thalía Sayas, una universitaria de 19 años, reveló en el programa “El valor de la verdad” que era bailarina en un night club y ocasionalmente se prostituía, y fue hallada muerta el sábado en un silo en las afueras de Lima después de que su exnovio Bryan Romero, de 20 años, confirmara que la mató, supuestamente por la humillación pública recibida.

Sayas, que obtuvo 15.000 soles (unos 5.800 dólares), dijo además, ante la mirada atónita de sus padres y de Romero, presentes en el estudio, que tenía tendencias bisexuales, que estaba con ese novio “mientras hallaba a alguien mejor” y que se avergonzaba de la pobreza y el origen étnico andino de la familia.

Hasta entonces los cercanos creían que la joven trabajaba en cabinas de internet o empleos similares y que estaba tranquila con su vida.
La estudiante de contaduría regresó al anonimato, pero volvió a estar en el foco de la atención hace dos semanas, cuando se le declaró desaparecida, y la policía centró las sospechas en el despechado, que aseguraba que su exnovia se había ido a otra ciudad a ejercer la prostitución.

“Sayas hirió mi orgullo con mis amigos y mi familia; me miran, me dicen: cachudo (cornudo), toda mi familia se amargó conmigo: Idiota, ¿por qué fuiste al programa?‘”, afirmó el joven que le decían, en una entrevista antes de que la presión policial lo llevara a confesar.

Una hermana de Sayas reiteró este domingo versiones que comprometen el programa del periodista local Beto Ortiz: según ella, la producción le pidió a la participante exagerar sus relatos, al tiempo que se grabó cuando ya la relación había terminado, lo que se omitió para no disminuir el impacto.

Romero sostiene lo mismo: según él, fue porque Sayas le ofreció parte del premio y después amenazó al programa con revelar la verdad, pero Ortiz le ofreció empleo a cambio de silencio, asegura.

Este tipo de programas televisivos también genera problemas en otros países; en Colombia se prohibió el formato después de que una mujer revelara haber ordenado matar a su esposo y otros programas que ventilan la privacidad han tenido derivaciones fatales, como el hombre que mató a una mujer en España porque ella rechazó su propuesta de amor ante cámaras.

Los talk show en el Perú, controvertidos en un referente desde que Laura Bozzo se transformó en la reina del género, tienen altas cifras de sintonía; pero la ministra de la Mujer, Ana Jara, dijo que lo ocurrido es un femicidio y debe ser visto como tal.
Por lo que rodea al asesinato -secuestro, violación, torturas- los expertos dan por hecho que Romero será condenado a cadena perpetua y sus familiares son acusados de complicidad.
 

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