La historia parece ficción: una noche aburrida y sin pique terminó convirtiéndose en fiesta luego de que los pescadores encontraran un paquete con 50 kilos de cocaína. Felices, los jóvenes decidieron venderlo e invertirlo en ropa, alcohol y fiestas caras. Pero poco después llegó el reclamo de los narcos, propietarios del cargamento pescado.
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La historia parece ficción: una noche aburrida y sin pique terminó convirtiéndose en fiesta luego de que los pescadores encontraran un paquete con 50 kilos de cocaína. Felices, los jóvenes decidieron venderlo e invertirlo en ropa, alcohol y fiestas caras. Pero poco después llegó el reclamo de los narcos, propietarios del cargamento pescado.
La red en la que cayeron los colombianos de entre 19 y 26 años que salieron a pescar el domingo 8 de septiembre parece ser complicada: un grupo mafioso de narcos les exigen unos 30 millones de pesos (colombianos) “para saldar la deuda” en la que entraron cuando decidieron usar lo que habían “pescado”.
Todo comenzó cuando los amigos decidieron irse hasta el balneario de Santa Verónica, en el municipio de Juan de Acosta, a pescar con cometa (un método que por lo general deja excelentes resultados durante las extensas jornadas a mar abierto), una técnica que sirve para conseguir ejemplares de gran tamaño.
Pero el día no los acompañaba: pasaban las horas y ni un solo pez había entrado en la trampa. “Pensamos hasta en irnos porque no habíamos conseguido nada”, reconoció uno de los chicos, quien relató que todo cambió de un minuto a otro.
Uno de los pescadores gritó: “hey, allá viene una avioneta... Sí, es una avioneta marica”. “Pasó cerquita del agua, como a menos de 100 metros de distancia de la superficie”, comentó. Vieron caer varios bultos pero no se atrevieron a acercarse porque ya había unos hombres recogiéndolos con prisa. “Estaban cerca de nuestro barco. Uno nadaba y dos esperaban los sacos dentro de la embarcación, que era igual a la de nosotros”.
Le restaron importancia y siguieron “dándole hilo a la cometa y esperando los pescados. Los tipos se fueron”.
Ya estaba a punto de amanecer cuando de la nada apareció junto al barco un paquete. “Se les olvidó a los hombres de la avioneta”, dijo uno. Claramente, fue así: se trataba de unos 50 kilos de cocaína de alta pureza que fue vendido a una mujer en la población de Baranoa.
Los intermediarios les dieron 200 millones de pesos en total, que lo repartieron e invirtieron en juerga. Pero la fiesta se les terminó en el momento que recibieron amenazas y un pedido de 30 millones de pesos “para saldar la deuda”. Ahora hay una causa judicial y están con abogados de por medio para salir de la situación. Otra persona consultada indicó que los seis jóvenes compraron motos nuevas, ropa “de marca”