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Agosto es, para Campo Quijano, mucho más que un mes en el calendario: es el tiempo sagrado en que el pueblo se reencuentra con sus raíces y honra a la Madre Tierra, tal como lo hicieron los ancestros desde tiempos inmemoriales.
Entre el murmullo del viento de la Quebrada del Toro y la imponente presencia del viaducto del Ramal C14, las ceremonias de la Pachamama se viven aquí con una profundidad única, preservando intacto el legado de los pueblos originarios.
Este domingo 10 de agosto, a las 12:00 horas, el Picadero Santiago Apóstol será el escenario de la 49ª Fiesta Provincial de la Pachamama, organizada por la Agrupación de Gauchos de Güemes Rodeo Antenor Sánchez.
Será una jornada donde quijaneños, turistas y comunidades vecinas se unirán en un acto colectivo de gratitud, pidiendo por la abundancia, la salud y la armonía con la naturaleza.
“Cada agosto, Campo Quijano se convierte en un puente entre el pasado y el presente. Invitamos a todos a vivir esta experiencia que no es solo una fiesta: es un encuentro con nuestras raíces, con la historia viva que se respira en cada rincón del pueblo”, expresó Valeria Guitián, directora de Cultura y Turismo.
Como manda la tradición, la celebración comenzará con la ofrenda a la Pachamama, un rito donde se devuelve a la Tierra lo que ella generosamente nos brinda. Luego, la jornada continuará con expresiones propias de la identidad andina y criolla: la campeada con hoja de coca, el armado de flores, la carneada del toro de yista, la pialada, el casamiento de animales y un gran baile popular que encenderá la alegría hasta el anochecer.
Desde la carneada del toro de yista hasta el convido a la Tierra
Agosto, mes sagrado para los pueblos andinos, se vive con especial intensidad en Campo Quijano, donde las ceremonias en honor a la Pachamama son parte esencial de la identidad local. La jornada comenzará con la ofrenda a la Pachamama, el momento más emotivo de la celebración. Según la costumbre ancestral, se cava un pequeño pozo para “dar de comer” a la Madre Tierra, depositando alimentos, bebidas, hojas de coca y otros presentes como agradecimiento por las cosechas y la vida misma.
El color lo pondrá el armado de flores, donde manos artesanas crearán ramilletes y adornos para embellecer el altar y los espacios sagrados, símbolo de belleza y fertilidad. No faltará la campeada con hoja de coca, un gesto de hermandad y respeto entre quienes participan, manteniendo viva una costumbre milenaria.
Uno de los momentos más esperados será la carneada del toro de yista, cuya carne se compartirá entre los presentes como símbolo de abundancia. La destreza criolla quedará demostrada en la pialada, práctica tradicional del trabajo de campo que desafía la habilidad con el lazo.
La fiesta también incluirá el pintoresco casamiento de animales, un ritual simbólico en el que un toro y una vaca adornados son “unidos” para pedir por la fertilidad del ganado y buenas cosechas. El cierre estará a cargo del gran baile popular, donde chacareras, zambas y otros ritmos invitarán a locales y visitantes a celebrar hasta entrada la noche.
Durante todo agosto, Campo Quijano continuará con ceremonias y actividades en plazas, estaciones y parajes emblemáticos, culminando el 17 de agosto en el Viaducto El Toro. Allí, la Quebrada del Toro será testigo de un nuevo encuentro entre el pasado y el presente, en comunión con la Madre Tierra.
Durante todo el mes, otras ceremonias se desarrollarán en plazas, y parajes emblemáticos, culminando el 17 de agosto en el Viaducto El Toro, donde la Quebrada entera se impregnará del aroma de las ofrendas y el eco de las coplas.
Agosto en Campo Quijano es un viaje al alma misma de la cultura andina: un tiempo para agradecer, compartir y sentir que la historia late en el presente, tan viva como la Pachamama que nos abraza.