A simple vista, el pacto federal hidrocarburífero, en sintonía con el pomposo título garantizaba la soberanía de las provincias en el manejo de sus recursos naturales, especialmente en aquellas que integran la OFEPHI y se quedaron con el 25% del paquete accionario de YPF.
Pero el sentido federalista, en el amplio diccionario oficial, tiene otro significado: apropiación. La jugada consiste en quedarse con otra caja interesante, porque a partir de ahora manejará todos los recursos del país concentrando el poder de fuego en Axel Kicillof, que tendrá a su cargo entre otras funciones, marcar el rumbo de la industria energética nacional.
Es decir, que más allá de los discursos de gobernadores que seguirán sosteniendo el argumento inverso, la realidad supera a la ficción: el Gobierno centraliza y controla el petróleo de todo el país.
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A simple vista, el pacto federal hidrocarburífero, en sintonía con el pomposo título garantizaba la soberanía de las provincias en el manejo de sus recursos naturales, especialmente en aquellas que integran la OFEPHI y se quedaron con el 25% del paquete accionario de YPF.
Pero el sentido federalista, en el amplio diccionario oficial, tiene otro significado: apropiación. La jugada consiste en quedarse con otra caja interesante, porque a partir de ahora manejará todos los recursos del país concentrando el poder de fuego en Axel Kicillof, que tendrá a su cargo entre otras funciones, marcar el rumbo de la industria energética nacional.
Es decir, que más allá de los discursos de gobernadores que seguirán sosteniendo el argumento inverso, la realidad supera a la ficción: el Gobierno centraliza y controla el petróleo de todo el país.