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Los concejales capitalinos no querían perderse la discusión sobre la posibilidad de que los adolescentes de 16 años acudan a las urnas para votar.
La discusión duró dos horas y cuarto en el recinto, y no faltaron las acusaciones entre sus miembros cuando las posturas políticas reflotan sus diferencias. Ocurrió que se terminó aprobando el proyecto de declaración que solo manifestaba que “vería con agrado que el Congreso de la Nación apruebe” el proyecto que hoy se discute en todo el país. Progresistas, conservadores, eran dos palabras que se lanzaban los unos a los otros. Varios consideraron que no se trata más que de una estrategia electoral del kirchnerismo para lograr un caudal de votante atractivo, ya que 2 millones de jóvenes votarían en los próximos comicios. Otros defendieron la iniciativa considerando que toda ampliación de derechos es positiva.