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Netanyahu tendrá mucho trabajo para armar su gobierno

Miércoles, 23 de enero de 2013 22:35
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El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, se verá obligado a pactar con partidos de centro y ultraortodoxos para poder mantenerse en el poder en la decimonovena legislatura del Parlamento israelí, tras su pírrica victoria en las elecciones del martes, en las que solo obtuvo 31 escaños. “Golpe a Netanyahu”, “Fracaso en seis fases”, “Votaron por el futuro”, “Netanyahu, una victoria en picado” o “Un nuevo rey es coronado”, son solo algunos de los titulares de la prensa local tras conocerse los resultados oficiales, que abren un período de incertidumbre de hasta seis semanas en el que deberá tratar de armar una nada fácil coalición parlamentaria nueva.

La coalición nacionalista Likud Beitenu que dirige se impuso claramente en los comicios, por lo que, siguiendo la tradición política, Netanyahu recibirá casi con toda seguridad el encargo de formar gobierno de manos del presidente israelí, Simón Peres.

No obstante, y debido al desplome del bloque nacionalista, la situación de tablas en el Parlamento unicameral de Israel (con 120 escaños) le complica mucho las cosas.

La segunda posición del partido de centro Yesh Atid, encabezado por el experiodista Yair Lapid, auténtico vencedor de los comicios con 19 diputados, le otorga la llave para cualquier gobierno estable y, con la flexibilidad de su ideología, no se descarta que ambas formaciones confluyan en el eje de una alianza a la que después se sumen fuerzas políticas más pequeñas.

“Podemos hacer grandes cosas juntos”, dijo Netanyahu al felicitar a Lapid sin entrar en detalles.

Alternativas en estudio

Otra alternativa es que el primer ministro alcance la mayoría absoluta de 61 diputados en un gobierno notoriamente de derecha, con el partido nacionalista religioso Habayit Hayehudí (11 escaños), los ultraortodoxos (18 en total) y el ya diminuto Kadima, con solo dos.

Según el diario Yediot Aharonot, los principales asesores políticos instan a Netanyahu a buscar a los aliados tradicionales del Likud antes de recurrir a las formaciones de centro, entre las que también están el Partido Laborista (15) y Hatnuá (6).

Sin embargo, agrega el periódico, él cree que sin una coalición sólida las próximas elecciones se convocarían en solo dos años y acabarían con su carrera política.

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