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El obispo de Neuquén y vicepresidente primero del Episcopado, monseñor Virginio Bressanelli, expresó su preocupación por la desigualdad social que aún existe en el país, especialmente en la provincia donde ejerce su ministerio pastoral, y estimó que la crisis internacional influye en la pérdida de puestos laborales.
“El año 2012 no fue uno de los mejores años desde el punto de vista económico. Dicen que en 2013 y 2014 la situación puede mejorar”, señaló, en una entrevista con el diario neuquino La Mañana.
“Es natural que cuando existen situaciones difíciles los que sufren son los más vulnerables, los más pobres, los de menores ingresos o aquellos que no tienen trabajo”, dijo el obispo.
Bressanelli, que conduce la diócesis de Neuquén desde abril de 2010, estimó “que aumentó el número de personas” que se encuentran en situación de vulnerabilidad y precisó que “en todas partes encontré gente pidiendo y, también, lamentándose”, al describir una realidad con la que convive cotidianamente en la provincia.
Afirmó, al respecto, que “sigue existiendo la inequidad social”.
Al indagar sobre las causas de la situación social, Bressanelli mencionó “el cimbronazo de la crisis mundial, sobre todo en Occidente, y la crisis de poca inversión extranjera en la Argentina ha limitado las fuentes de trabajo”.
El vicepresidente del Episcopado recordó que la Iglesia apoyó en su momento la sanción de la ley de medios, porque “era necesario tenerla”. De todos modos, evitó involucrar a la Iglesia en el conflicto que enfrenta al Gobierno con el Grupo Clarín.
Desestimó, además, que las críticas hechas por los obispos en su último documento y en pronunciamientos anteriores fueran un guiño a la oposición. “Nosotros no somos opositores ni oficialistas, somos pastores”.
Al respecto, recordó que los obispos enfocaron sus reflexiones en el último documento “en dos temas importantes, como lo son la familia y el de la convivencia social”.
Monseñor Bressanelli abogó por una mayor intervención del Estado en el problema de las adicciones y el avance de la droga. Consideró que “en Neuquén tenemos un gran problema, que son las adicciones”, en especial el alcohol, el juego compulsivo y la droga, y advirtió que, según datos que le hicieron llegar, la edad promedio del ingreso al consumo de drogas bajó de los 14 a los 8 años. “El tema de las drogas está presente, incluso, en las escuelas primarias”, dijo , y se pronunció en favor de descentralizar la atención y aumentar los asistentes sociales. “El tema de las adicciones debe atacarse desde todas las áreas”, finalizó.