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El tambaleante momento futbolístico de Juventud Antoniana, con secuelas vivas tras la derrota en el clásico con Central Norte, es inherente a las mismas decisiones del DT Mauro Laspada, quien parece haber perdido la brújula y los caminos. Esta pérdida del “eje” lo llevó a tomar actitudes que van en desmedro de la propia confianza individual que debe poseer cada jugador en un puesto específico. Ratificó como titular a Mariano Maino al inicio del torneo (tras una puja cabeza a cabeza con Ezequiel Viola). Y luego (tras la derrota ante San Jorge, en Tucumán) decidió apartarlo del puesto (por una gripe) para volver a reinstalarlo en el once titular en el clásico; y tras la derrota responsabilizarlo, indirectamente, por el traspié y los goles recibidos haciéndolo “pagar” otra vez con un lugar entre los relevos. El santafesino parece haber perdido su oportunidad bajo los tres palos para abrirle paso a Viola, quien atajará por segunda vez en la recepción a Juventud Unida de Gualeguaychú.
Ayer quedó ratificado lo que ya se anunciaba en la semana, el tercer cambio de arquero que sufre el santo en la pretemporada, una rotación para nada saludable, menos para un equipo sumido en urgencias.
Además del reposicionamiento del guardavallas bahiense entre los once para recibir al único escolta de la zona norte, otras cuatro variantes presentará el santo y todas tienen que ver con secuelas del clásico: dos por suspensiones (Gabriel Zuvinikar y Juan Pablo Cárdenas) y dos por rendimientos (Gustavo Ortiz y Nicolás Aguirre). Hernán Fernández relevará al Colorado, quien habría colmado la paciencia de muchos por sus constantes expulsiones, mientras que Matías López es la novedad en el lateral izquierdo en cuenta del capitán. Juan Pablo Rial irá en reemplazo de Gustavo Ortiz y Daniel Liva por Nico Aguirre, en un esquema que contará con dos volantes para la marca (Matías Fernández y Córdoba); otros tres con rasgos ofensivos (Prieto, Liva y Rial) mientras que Rodrigo Sánchez será la referencia de área.
Duros castigos para Cárdenas y Zuvinikar
Tres fechas de suspensión al capitán Juan Pablo Cárdenas (fue duramente informado por parte de Guaymás Tornero) y dos para Gabriel Zuvinikar, ambos defensores de Juventud que fueron expulsados en el clásico frente al cuervo, son algunas de las duras sanciones con las que se expidió el Tribunal de Disciplina del Consejo Federal.
Con estas penas, la defensa del santo quedó prácticamente diezmada y se suscita un serio problema, más teniendo en cuenta que Cárdenas había jugado los nueve partidos que se disputaron desde el inicio del torneo y apareció como titular indiscutido por la banda izquierda. En esa posición de la cancha, el reemplazante natural era Matías Domene, pero el jugador está recuperándose de una lesión y recién esta semana comenzó a realizar trabajos livianos.
También el capitán de Juventud ya cuenta con cuatro amonestaciones, por lo que se encuentra al borde de otra suspensión cuando vuelva a reaparecer, y en caso de recibir una nueva tarjeta amarilla, deberá parar otro partido. Además, otro defensor que se encuentra al límite es Hernán Fernández, con cuatro amarillas, por lo que un nuevo apercibimiento implicará seguir diezmando la zona defensiva del santo.
En el caso puntual del Colorado Zuvinikar, el rigor del fallo que emitió el cuerpo disciplinario obedece a que el jugador es reincidente en cuanto a las expulsiones, teniendo en cuenta que ya había visto la roja en dos ocasiones en el presente torneo.
Los violentos fueron individualizados
Ya están individualizados los hinchas de Juventud que provocaron los graves incidentes al finalizar el clásico frente a Central Norte en el estadio Martearena. Y de acuerdo a las investigaciones, conforme a lo que establece la Ley Nacional del Deporte, estas personas no podrán ingresar a presenciar el partido que el santo disputará frente a Juventud Unida de Gualeguaychú.
Los problemas que originaron los hinchas antonianos dejaron como saldo a varios policías lesionados y, ante la gravedad de los hechos, cada individuo fue informado por la Justicia por “lesiones graves y resistencia a la autoridad”.
“El que arma el operativo soy yo. Se hace por el tipo de partidos que se va a jugar: si es de alto riesgo y en qué estadio, la instancia del torneo, si es de día o de noche y los antecedentes. Con todos estos elementos se trabaja en la parte logística. Por ahí es imposible decir que se brindará una seguridad absoluta ante la reacción de cada individuo. La Policía procede con el fin de neutralizar los desmanes. La opinión de por qué una hinchada salió primero y que de esa forma fracasó un operativo es apresurada”, expresó el comisario Sánchez Rosado, jefe de Operaciones.