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Un ritual respetado por siglos, cargado de solemnidad

Miércoles, 13 de marzo de 2013 23:43
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El cardenal Jorge Bergoglio fue elegido en la cuarta y última votación celebrada ayer, un día después de empezado el cónclav e.

El suspenso era tremendo. Los ojos del mundo estaban puestos en el Vaticano. “¿Habrá Papa o seguirán las votaciones”, se preguntaban las miles y miles de personas que se hicieron presentes para esperar novedades. Al final, la fumata blanca se hizo visible en la chimenea de la Capilla Sixtina: Benedicto XVI ya tenía reemplazante. Largos minutos después se supo que el elegido era el argentino Jorge Bergoglio. El hermetismo del cónclave iniciado anteayer dio paso a un tradicional ritual cargado de solemnidad.

“Habemus Papam” (Tenemos Papa), dijo el organismo de comunicación del Vaticano en su cuenta oficial de Twitter.

El humo salió a las 19.06 (las 15.06 en Argentina) en el segundo día del cónclave, y minutos después se anunció quien fue el elegido para reemplazar a Benedicto XVI, quien renunció el mes pasado.

Medios italianos precisaron que Bergoglio fue elegido en la cuarta y última votación celebrada ayer, la quinta en total, si se tiene en cuenta la primera votación del martes.

Miles de fieles reunidos en la Plaza San Pedro explotaron en júbilo al verse el humo blanco. Muchos cerraron sus paraguas y se empaparon para ver mejor la densa columna de humo bajo la intensa lluvia que caía sobre la anochecida plaza. En la primera línea de avance se podía ver una bandera argentina, una española, una francesa.

Según el ritual, un cardenal, en este caso el italiano Giovanni Battista Re, fue el encargado de preguntarle Bergoglio si aceptaba o no ser Papa con la siguiente frase: “¿Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem?” (¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?). Una vez dada la respuesta afirmativa, le pregunta: “¿Quo nomine vis vocari?” (¿Con qué nombre quieres ser llamado?). El nuevo Sumo Pontífice responde: “Vocabor...” (Me llamaré Francisco).

Luego, el cardenal elegido pasa a una habitación ubicada a la izquierda del altar mayor de la Capilla Sixtina conocida como la “sala de las lágrimas”. Allí medita solo y se viste con una de las tres sotanas blancas que encontrará preparadas. Luego regresa a la Sixtina, donde será recibido por los cardenales, que le presentarán su obediencia.

Después, el protodiácono, en este caso el francés Jean-Louis Tauran, se asomó al balcón de la Basílica de San Pedro y anunció la elección del nuevo Pontífice: “Annuntio Vobis Gaudium Magnum; Habemus Papam: Eminentíssimun ac Reverendíssimum Dóminum, Dóminum ... Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem ... Qui Sibi Nomen Imposuit ...”.

“Os anuncio una gran alegría Tenemos Papa, el eminentísimo Jorge Mario Bergoglio, que ha tomado como nombre Francisco”. Minutos después, el nuevo Papa pronunció sus primeras palabras a los fieles e impartió la bendición Urbi et Orbi.

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