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Sabe que su nivel de aceptación es tan grande que podría inclinar la balanza para uno u otro lado. Por eso, el papa Francisco tiene decidido no viajar a la Argentina por lo menos hasta después de las elecciones de octubre próximo. La medida ya se la transmitió a la presidenta Cristina Kirchner. La decisión se toma porque el Sumo Pontífice quiere evitar interferencias en el proceso electoral, y resolvió no extender su viaje a Río de Janeiro en julio, para la Jornada Mundial de la Juventud.
El Papa tampoco asistirá a la beatificación del cura Brochero, prevista para el 14 de septiembre en Córdoba, a la que enviará un delegado, según se informó.
La decisión de Bergoglio de no viajar por el momento a la Argentina se conoce luego de los esfuerzos de Cristina Kirchner por lograr un acercamiento con la Iglesia, que se refleja en los elogios que funcionarios de su gobierno le tributan ahora.
La estrategia generó reacciones, sin embargo, en sectores del kirchnerismo, que desempolvaron acusaciones contra Bergoglio por su actuación al frente de la orden jesuita durante la dictadura.
Cristina Kirchner ya conocía la decisión antes de concluir su viaje a Roma, y conversó del tema en la reunión que mantuvo con monseñor José María Arancedo, a última hora del martes, en el hotel Eden, según afirmaron algunos voceros de prensa.
Con el Episcopado
El papa Francisco celebró un encuentro en el Vaticano con un centenar de compatriotas argentinos encabezados por el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo, según informó ayer el diario vaticano “L'Osservatore Romano”.
El encuentro tuvo lugar el miércoles, tras el discurso que el Papa dirigió a los representantes de las iglesias y comunidades eclesiales cristianas y de otras religiones que habían asistido un día antes a la solemne misa que celebró en la plaza de San Pedro y con la que se abrió su pontificado.
El Papa saludó con afecto al grupo que había acudido al Vaticano y conversó con algunos de ellos.
Asimismo, el Papa recibió la camiseta de su equipo de fútbol, San Lorenzo de Almagro, que le enviaron como presente los jugadores, seguidores y responsables del club, tras su elección como sucesor de Benedicto XVI y que le fue entregada por el secretario de Culto, Guillermo Oliveri.
Estuvieron también presentes en el encuentro los cardenales argentinos Leonardo Sandri y Estanislao Esteban Karlic, así como el obispo Marcelo Sánchez Sorondo y otros representantes del episcopado argentino.
Asistieron además representantes del colegio sacerdotal argentino en Roma, estudiantes argentinos de la Pontificia Academia Eclesiástica y sacerdotes de varios dicasterios de la Santa Sede.
Tuvieron la oportunidad de saludar a Francisco, el primer papa latinoamericano de la historia, algunos de sus viejos conocidos de la Acción Católica internacional, que se encontraban acompañados por el obispo Domenico Sigalini, así como diferentes miembros de la pastoral de la Arquidiócesis de Buenos Aires.
Welby quiere conocerlo
El nuevo arzobispo de Canterbury, Justin Welby, reveló ayer que tiene ganas de “conocer y de trabajar” con el papa Francisco, cuya vida considera “extraordinaria”, en declaraciones al canal británico Sky News.
La catedral de Canterbury acogió ayer la solemne ceremonia de entronización de Welby como nuevo primado de la Iglesia anglicana, dos días después de la misa de inicio del pontificado de Francisco en Roma.
Welby indicó a la citada cadena que “el papado es algo completamente diferente al arzobispado de Canterbury. Yo soy uno de los casi cien obispos ingleses con un papel concreto, mientras que él es el cabeza de la Iglesia Católica Romana”, precisó Welby, que sustituirá a Rowan Williams en el cargo y será el 105 arzobispo de Canterbury, líder religioso de 77 millones de anglicanos en el mundo.
Sus declaraciones se producen después de que el papa Francisco se comprometiera ante representantes de las otras Iglesias y comunidades eclesiales cristianas el miércoles, a proseguir el diálogo ecuménico en aras de la unidad, y ante representantes judíos a potenciar el diálogo iniciado con el Concilio Vaticano II.
Del pontífice argentino, Welby destacó que “es un gran intelectual, pero también una persona increíblemente sencilla”.