inicia sesión o regístrate.
La que suscribe estas líneas fue participe de un episodio similar un 25 de marzo del año 1966; del “niño por nacer”.
La tristeza, angustia y el dolor no pasó. A pesar del tiempo transcurrido, sigue latente en mi corazón.
Dios mío! Cómo queda una madre al perder un hijo!
Pero Jesús Dios mío llegó un 25 de marzo y se fue contigo mi Dios adorado. Pero hijo querido, jamás te olvidaré y te seguiré queriendo hasta la eternidad.
Dora Montiagudo, Ciudad