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Llegó casi como un ilustre desconocido para este punto cardinal, pero a fuerza de goles, gestos técnicos y entrega se convirtió en uno de los ejes principales del Gimnasia y Tiro que se erigió en lo más alto en gran parte del actual torneo. El máximo cañonero del albo conoce a la perfección a los equipos de la zona sur, y en especial a Santamarina, el rival del próximo domingo y aún candidato al ascenso directo. El Toro advirtió en diálogo con El Tribuno que el albo no está muerto y que el objetivo ahora pasa por terminar al menos en el cuarto lugar para alivianar su carga de cara a la segunda plaza.
“Estuvimos muy calientes tras perder con Talleres y nos lamentamos de los fallos arbitrales que los favorecieron. Pero ya pasó. Ahora tenemos que terminar entre los cuatro de arriba para mantener una ventaja deportiva, no es un detalle menor si pensamos en ascender. Ahora se viene Santamarina, rival al que conozco y que seguro no saldrá a esperarnos”, advirtió el bonaerense sobre la amenaza del equipo de Gustavo Coleoni.
Agudiak no pudo evitar aludir al bajón, a los dos puntos perdidos en casa con San Jorge y a un partido que podrían haber ganado ante la T. “Atravesamos una meseta, pero la estamos dejando atrás. Todavía dura la bronca por lo de Talleres, pero tenemos que canalizar esa rabia el domingo y ganarle a Santamarina. Seguimos siendo un equipo respetable que va a pelear el ascenso hasta el final”, dejó en claro el atacante, por si alguien aún se atreve a dudar de la potencialidad del equipo de Riggio.
Para el final, el Toro reafirmó el concepto de que aún Gimnasia sigue vivo pese a las adversidades, a los errores y a las oportunidades perdidas. “Quedó demostrado que nadie es más que nosotros, nadie nos ganó pasándonos por arriba. Tampoco nosotros fuimos ampliamente superiores al resto, quizás; pero no tenemos dudas, confiamos en nuestra personalidad ganadora”, concluyó un Agudiak con sed de revancha.
Ya palpitan un nuevo clásico
Perdida la oportunidad de pelear por el primer ascenso, ahora el objetivo de Gimnasia pasa por sumar la mayor cantidad de puntos en los cuatro partidos que le restan para finalizar el endecagonal para no bajar de la cuarta o quinta colocación en la tabla final. En ese sentido, el encuentro que disputará el albo el domingo, a las 16.30, con Santamarina en el Gigante del Norte y con el arbitraje del santafesino Carlos Córdoba, es de vital importancia. Sin embargo, es inevitable que los hinchas no miren de reojo el clásico del domingo 12 de mayo ante Juventud Antoniana, por la novena fecha, un duelo con aires de venganza. Para la ocasión, los hinchas pondrán rifas a la venta el domingo en las boleterías con el afán de preparar el recibimiento ante el santo, con la consigna “pintemos de celeste y blanco el Martearena”. El número tendrá un valor de 5 pesos y estarán en juego entradas para el clásico e indumentaria oficial.
Por su parte, las localidades para el duelo con el aurinegro tendrán el mismo valor que en el empate del pasado miércoles con San Jorge.
VUELVE LA JOYA
Esteban Burgos, una de las joyas más valiosas de la cantera de Gimnasia y Tiro y estandarte del equipo en el primer semestre del torneo, reaparecerá el domingo en el Gigante del Norte ante Santamarina de Tandil luego de su tediosa recuperación tras su operación en los meniscos y su osteocondritis.
El juvenil millonario relevará al expulsado Federico Rodríguez en la función de stopper por derecha. El desafío será recuperar aquel el superlativo.
LA ROTACION
El DT Víctor Riggio empieza a ser consecuente con su idea de darle rodaje a su plantel, teniendo en cuenta que la chance del ascenso directo se le escurrió de las manos tras la derrota con Talleres en Córdoba. A la vuelta de Burgos se le sumarán los regresos de Sergio Plaza y de Sebastián Vezzani, mientras que Diego Ianiero será el responsable de suplir la otra baja por expulsión, la de Osvaldo Young, en el círculo central. El Tano paró ayer por la mañana en La Calderilla a estos hombres: Mulieri; Burgos, Plaza y López; Chaves, Ianiero, Vezzani y Villarreal; Ceballos; Agudiak y Leandro Zárate.