Nadie como su padre definió con absoluta sinceridad lo complicado que es para Maravilla Martínez convivir con las continuas lesiones, que condicionan a su físico, en cada combate, amén de su excelente preparación previa.
inicia sesión o regístrate.
Nadie como su padre definió con absoluta sinceridad lo complicado que es para Maravilla Martínez convivir con las continuas lesiones, que condicionan a su físico, en cada combate, amén de su excelente preparación previa.
Hugo Martínez, papá del campeón mundial, le confió en exclusiva a El Tribuno, horas antes de la pelea con Martin Murray, su sensación sobre el futuro de su hijo. “Sergio se entrena muy bien y tiene muchas ganas, pero también sé que su cuerpo se está deteriorando mucho. Por eso su futuro es algo incierto. Me dijo que si fuera por él seguiría cinco años más, pero por las lesiones no va a poder”.
En una noche donde lo emotivo jugó un papel fundamental, Maravilla redondeó una discreta producción, al margen de la lesión, porque sus problemas se originaron en una incorrecta lectura de un rival, fuerte, lineal y frontal, y en movimientos de traslación lentos que lo pusieron en la línea de fuego. El campeón intentó disimular sus limitaciones pero esa mano del inglés -en el 8§ asalto- lo hizo caminar por la cornisa y paralizó los corazones de los argentinos.
Una operación en la rodilla tras el combate con el mexicano Chávez, un tobillo maltrecho y la siempre latente mano izquierda que finalmente volvió a lesionarse frente a Murray, hicieron que el nacido en Quilmes llegue a la defensa con lo justo y los 12 rounds le pasaron factura.
Quien tendrá un papel preponderante en lo que le queda de carrera a Martínez será su médica Raquel Bordón, en quien deposita su físico para recuperarse y encarar el tramo final de su dilatada trayectoria.
Maravilla es consciente de lo que pasa y afirmó que necesita “un descanso” para poder replantear los pasos a seguir, en gran medida porque tiene su rodilla derecha “casi desintegrada”. Pero lo que también sabe el mediático boxeador es que debe aprovechar lo mucho o poco que le queda en el plano internacional, y que las chances son escasas para agrandar sus arcas, claro que siempre y cuando el físico se lo permita.
Para una próxima contienda deberá estar en mucho mejor forma que lo hizo ante el aguerrido británico, no desde la capacidad aeróbica que es indiscutible, sino desde lo físico. Una prueba cabal fue que el público, que colmó el estadio de Vélez en la noche del sábado, no se contagió por lo que vio dentro del ring
Las victorias a Maravilla parecen costarle cada vez más y no es un dato menor que en las dos últimas fue derribado.
Por eso, parece atinado un descanso largo y una reformulación de sus objetivos, ahora que con su carisma potenció al boxeo argentino.
En definitiva, Martínez ganó una pelea cerrada, con un fallo algo polémico -por el puntaje de las tarjetas- y que muchos periodistas vieron favorable a Murray, pero eso ya es historia. Ahora hay que preparar el camino del adiós para un boxeador de elite, que debe ser tan brillante como fue su trayectoria. Ojalá el campeón elija retirarse en Argentina y saldar la deuda que dejó en Vélez.
“No le jugó a favor el marco” por Daniel Arcucci, periodista de La Nación
“No vimos al mejor Maravilla Martínez, respetuosamente creo que la perdió a la pelea, sobretodo por lo que no hizo Murray en la primera mitad del combate. No centraría mi opinión en el fallo, estas cosas pasan en el boxeo. Ahora le tocó ser local a un argentino, ya que a Maravilla siempre le tocó pelear en contra. Tal vez no le jugó a favor el marco por la ansiedad de demostrar ante su gente.
El Potro Abregú aprovechó su momento, en una pelea muy pareja al principio. Parecía que le faltaba algo de explosión pero luego apareció esa pegada formidable y terminó capitalizando largamente su gran oportuni dad”.
“Está limitado por suslesiones” por Germán Riesco, periodista, autor del libro “El Hombre detrás del campeón”
“Maravilla sacó la mínima ventaja en el final. La preparación de Martínez siempre es óptima pero está limitado por sus lesiones y esto tiene que hacerlo pensar de cara al futuro. Lució demasiado lento y por poco Murray, con su estrategia, le saca la corona. Ganó con lo justo y el resultado generó bastante polémica, pero más allá de esto, lo más importante es saber qué va a pasar con su futuro. Con esta condición física parece arriesgado que continúe enfrentando a rivales como Murray, que demostró que no era ningún paquete”.
"Esta vez no fue una Maravilla” por Aldo Proieto, periodista de Radio Del Plata y exdirector de la revista de El Gráfico.
Para mí, fue un fallo altamente polémico pero esto es así. Los árbitros tienen una cierta presión cuando dirigen en determinado país. Los que seguimos el boxeo lo hemos visto reiteradamente a lo largo de la historia. Hay que decir que Martínez, esta vez, no fue una Maravilla, yo esperaba más. No sé si un nocaut pero un triunfo mucho más claro. El acusó una lesión en su mano izquierda, lo cierto es que nunca pudo ser el dominador de la pelea y quedó en deuda con mucha gente que esperaba ver aquel que le ganó a Chávez Juniors.
Maravilla, fracturado y con el futuro incierto
Sergio “Maravilla” Martínez tuvo una idea impensada y la llevó a cabo realizando una megavelada nunca antes vista en estas latitudes, pero la noche del sábado pudo haber marcado el final de su carrera. Cuando muchos creían que tras el combate con Murray la mejor excusa era decir que se había resentido nuevamente la mano izquierda, ayer el informe médico oficial confirmó la lesión y despejó toda incredulidad. “Fractura por compresión del hueso grande, del carpo de mano izquierda”, fue lo que señalaba el parte médico.
“Recibió mucho castigo. Está muy lastimado y va camino al hospital. Casi dejó la vida en el cuadrilátero por todos nosotros”, fue la explicación que dio el promotor Sampson Lewkowicz antes de anunciar que se suspendería la conferencia de prensa posterior al combate en Vélez.
Herido sobre todo en su amor propio, quizá para mostrar que las lesiones eran reales y no una excusa, Maravilla irrumpió en la sala de todas maneras minutos más tarde, y trató de sonreír como siempre. Pero la verdad ya había salido a la luz: Lewkowickz había anunciado que uno de sus puños está semidestruido y no boxeará otra vez en lo que resta de la temporada.
“Necesito un descanso; creo que me lo gané”, bromeó Sergio, cuyos dientes blancos resaltaban el tono morado del rostro. Lewkowicz, un momento antes, había sido más honesto: “Ahora tiene 38 y va a volver a pelear a los 39. Quizá ese sea su último combate”.
Ayer el informe a los medios de prensa que los médicos oficializaron confirmaron todo lo que se había expuesto por el promotor. El informe fue otorgado por la clínica Otamendi, y sobre su estado de salud contó lo siguiente: fractura por compresión del hueso grande, del carpo de mano izquierda. La prescripción médica: inmovilización por 45 días con férula ballenada, con posterior rehabilitación por 60 días, definiendo tratamiento futuro de acuerdo a evo lución.
Fue la cruda y dolorosa realidad para los fanáticos del carismático Martínez, quien con la mano izquierda y la rodilla derecha lesionadas de manera crónica, con 38 años de lucha contra la corriente y una trayectoria de 51 peleas como profesional, le faltaría despedirse ante su público con los guantes puestos.
Su hazaña consistió también en haber revivido la curiosidad, primero, y finalmente la pasión de los argentinos por un deporte casi olvida do.