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Seguramente los tres deseos de doña Pascuala Flores al soplar las velas de su cumpleaños número 73 habrán sido todo lo contrario a lo que se originó 15 horas después; cuando su hijo Raúl (49) fue asesinado (el séptimo crimen ocurrido en una semana en Salta) durante una pelea con cinco nietos de la anciana, que terminaron presos.
El increíble hecho ocurrió en la casa de la mujer ubicada en la calle Juan Carlos Dávalos 479 de villa San Antonio, a las 4.30, cuando la víctima recibió una cuchillada a la altura de la clavícula y falleció minutos después, en el interior de la vivienda.
Por el hecho los hijos del hombre; Federico (18), Miguel (19) y Ernesto Raúl, de 25 años, más sus sobrinos; Javier (32) y Jorge Ocampo (29), terminaron detenidos, acusados de haber asesinado al hombre.
“El domingo vinimos a festejar el cumpleaños de mi mamá al mediodía, y ella no quería sentarse a almorzar hasta que no llegue Raúl con sus hijos. Finalmente llegó, comimos todos juntos en familia, porque estaba todo bárbaro entre nosotros, y después mi hermano (por Raúl) se quedó a tomar con mis hijos Jorge y Javier, y mis sobrinos”, le comentó a El Tribuno Norma Flores, de 50 años.
“Solo estaban los seis, todos alcoholizados, y a raíz de ello hubo una discusión entre ellos, hasta que alguien sacó un cuchillo y se lo clavó a Raúl”, continuó.
“No queremos culpar a alguien. Lamentablemente esto fue una tragedia y ahora mi hermano esta muerto y mis hijos y sobrinos están en la cárcel”, cerró Norma con lágrimas en los ojos.
Según los otros miembros de la familia, el hecho ocurrió “porque estaban todos borrachos”.
Además, dijeron que tras ser herida la víctima se desangró en el suelo, ya que la ambulancia “se demoró más de 40 minutos y la Policía no quería ingresar a la casa”.
Una semana de homicidios
Entre el 13 de mayo pasado y ayer se vivieron momentos sangrientos que quedarán en el recuerdo de la historia negra de la provincia, porque siete personas fueron asesinadas en tan solo una semana en el territorio salteño.
El primero ocurrió en la calle Gurruchaga 584, en el macrocentro capitalino, cuando una anciana identificada como Mercedes Tapia, de 72 años, fue hallada sin vida con una tijera incrustada en su cuello.
Horas más tarde la Policía detuvo a dos sospechosos y después uno de ellos confesó el crimen.
Al otro día, el joven de 17 años, Daniel Figueroa, del barrio Unión, fue ejecutado de un disparo en el pecho y a causa del hecho cinco jóvenes de la zona fueron apresados.
Durante la mañana del jueves el peón rural Julio Lazarte (37) fue hallado sin vida en su domicilio ubicado en Cerrillos. La autopsia determinó que al hombre lo mataron a golpes.
El sábado, el bagayero Gerardo Gabriel Tercero (20) fue asesinado de un tiro de un arma calibre 9 mm, en un enfrentamiento contra gendarmes entre Orán y Aguas Blancas.
Ese mismo día, en la localidad de Colonia Santa Rosa, se produjo el crimen de Wilson Montenegro, de 21 años, quien recibió dos machetazos a la altura del corazón y el pulmón y falleció horas después en el hospital de la zona.
Por la muerte de Montenegro hay seis detenidos, uno de ellos tenía pedido de captura.
El hecho más impactante de todos, es el homicidio de la pequeña Judith Palma, de 9 años (ver páginas 29 y 30), quien fue hallada el domingo en Joaquín V. González.
El último caso fue el ya mencionado asesinato de Raúl Flores en la casa de su madre.
Anoche algunos de los familiares de Flores se encontraban en la morgue judicial, mientras los otros continuaban detenidos.