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Sin decirlo, Martín Perelman lleva la sensación de revancha como una procesión interna que recorre por sus venas. Tuvo el privilegio de conseguir tres ascensos en su carrera (dos en All Boys y uno en Rentistas de Uruguay), pero las circunstancias muchas veces lo vieron relegado a un costado. Lo mismo le pasó en Gimnasia y Tiro, donde llegó al inicio de la temporada para sumar, hasta que el DT Víctor Riggio tomó la decisión de entregarle la “1” ante San Martín, en el umbral de la etapa más decisiva.
Si bien el Tano no lo confirmó, tras dos partidos solventes, sin fisuras y con valla invicta, Perelman se habría ganado el puesto para lo que resta por sobre Juan Cruz Mulieri, su gran y digno competidor. “Un ascenso en Gimnasia tendría otro sabor, aunque en All Boys la experiencia fue inolvidable. Ayer me llamaron para entregarme una plaqueta porque se cumplieron tres años del batacazo de aquella vez ante Rosario Central, cuando se le ganó 3 a 0 en la Promoción y se ascendió, en Rosario. Esa vez All Boys era la ovejita negra y tumbamos a un grande”, recordó, para luego trazar un paralelismo con su momento en el albo. “La adrenalina que se vive en una instancia como la que estamos jugando es muy fuerte. Yo quiero atajar hasta lesionado. Un ascenso es algo único y ahora sueño con atajar estos siete partidos y ascender otra vez, sería mi cuarta estrella y en este hermoso club. Aunque seguiré apoyando, desde adentro o desde afuera, porque Juan (Mulieri) es un gran compañero. Porque la titularidad no me cambia, solo en el trabajo. Si antes entrenaba el doble, ahora debo hacerlo el triple para mantenerme”.
El arquero a su vez contó que se ilusionó con la titularidad en Gimnasia “desde el primer día. Cuando llegué, yo no era la prioridad en el puesto y no lo sabía, pero siempre respeté la decisión del Tano y apoyé. El técnico es el que decide y hay que respetarlo, porque sabe, tiene 20 años más de experiencia que nosotros y porque él fue jugador”, concluyó el ahora titular.
“Aprendemos de las críticas”
La opinión pública supo ponderar la campaña de Gimnasia y Tiro a lo largo del torneo. Pero, a su vez, la vara alta de la exigencia subía a medida que las flaquezas aparecían y emergían las críticas. Al respecto, Martín Perelman reconoció que “siempre aprendemos de los errores y de las críticas. Dentro de la cancha tenemos que rendir y si no lo hacemos, es lógico que el hincha se enoje. Y el periodista tiene que decir cuando nos equivocamos. A veces a las virtudes no las marcan tanto y sí los errores, pero también a nosotros cuando jugamos bien nos gusta salir en la tapa. Es así. Cada uno asume el rol que ocupa: el hincha alienta, el jugador juega y el periodista dice lo que piensa y opina. Uno debe trabajar siempre igual, cuando lo aplauden y cuando lo critican”, fue el interesante punto de vista del guardavallas.
Por otra parte, en cuanto a la revancha con Rivadavia de Lincoln, el domingo en el Gigante, el arquero se plegó a la línea del DT Riggio al advertir que la serie no está cerrada. “Rivadavia es un buen equipo y les fue mejor siempre de visitante. Pero ninguno es más que nosotros. Conseguimos una diferencia, pero hay que ratificarla también en casa. Ellos van a salir a buscarlo y no será fácil. Pero nosotros tenemos que contrarrestarlo con la experiencia. Este es un grupo maduro, con gente que tiene ascensos y peleó cosas importantes. Hay que tomar la revancha en serio, es un partido decisivo”, concluyó.