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9 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
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De cobrador de impuestos a perro de leyenda: la historia del Dóberman y su arribo a la Argentina

Su historia comienza en la Alemania de 1855, con un hombre que buscaba un perro que lo  acompañara en las noches de trabajo y que lo protegiera de los ladrones. Cruces y décadas de crianza transformaron a aquel guardián robusto en el elegante Doberman que conocemos hoy.
Sabado, 09 de agosto de 2025 09:43

Cuenta la historia que en algún rincón de la Alemania de 1855, cuando el país aún no se había unificado y las noches eran más largas que seguras, un hombre buscaba compañía para su oficio. Louis Dobermann, cobrador de impuestos en Apolda, recorría caminos solitarios cargando dinero y, con él, el riesgo constante de cruzarse con ladrones. No era su único trabajo, ya que también ejercía como vigilante nocturno y tenía bajo su responsabilidad la perrera local.

En esos tiempos, cobrar tributos o patrullar bajo la luna no era tarea para cualquiera. Dobermann necesitaba un perro que fuera fuerte, valiente, intimidante y, sobre todo, leal. La perrera no le ofrecía lo que tenía en mente, así que decidió crear al compañero perfecto.

Comenzó a cruzar razas con precisión casi artesanal. Se cuenta que usó un pastor de Turingia para el tamaño y la resistencia, al perro del carnicero -antepasado del Rottweiler- por su inteligencia y capacidad de guardián, el Manchester Terrier para aportar valentía y, como toque final, un galgo inglés que le diera velocidad, entre otros. El resultado fue un perro de trabajo musculoso, decidido y atento: así nació el primer Doberman.

Cuando Dobermann murió, en 1894, su legado no quedó huérfano. Criadores de Alemania e Inglaterra tomaron la posta. En Apolda, Otto Goller se convirtió en figura clave para afinar el físico y el temperamento de la raza. Mientras en Europa se mantuvo robusta y con fuerte instinto protector, en Estados Unidos, desde 1901, se apostó por un Doberman más estilizado y dócil, pensado especialmente para la compañía.

El tiempo también trajo mitos: que eran peligrosos e incluso que habían sido creados por Hitler. El cine tampoco ayudó, como ocurrió con la película La pandilla de los dóberman (1972), que alimentó su fama de perros agresivos. Nada más lejos de la realidad. Hoy se los reconoce por su inteligencia, lealtad y versatilidad. Sirven en rescates, como perros de asistencia y en terapias. La clave está en la crianza responsable y el entrenamiento adecuado, porque, en esencia, el Dóberman sigue siendo lo que Louis soñó hace más de siglo y medio: un amigo que jamás abandona.

El Doberman en Argentina

No hay un registro exacto del día en que la raza pisó suelo argentino, pero con el tiempo se ganó un lugar tanto en los hogares como en las fuerzas de seguridad. El Kennel Club Argentino, fundado en 1927, tuvo un papel decisivo en su registro, promoción y cuidado, destacando su elegancia, atletismo y capacidad de servicio. La institución también impulsó debates y difusión sobre la historia y características de la raza.

Si hay un referente del dóberman en Salta y el país es Hugo Mateo, uno de los impulsores del Dobermann Club Argentino, una importante institución de referencia. Los memoriosos, como el Dr. Rody Marinaro, cuentan que la raza arribó con fuerza a la provincia la década del 60.

 

En los años 70 y 80, el Dóberman alcanzó gran popularidad en el país. Hoy, aunque su presencia ya no sea tan masiva, sigue siendo apreciado como perro de compañía y como aliado en protección y seguridad. Su huella en Argentina permanece, y entre quienes lo conocen de cerca, su prestigio y valor siguen intactos.

Tipos de Dóberman

Según los portales especializados, el Dóberman Europeo (reconocido por la FCI), tiende a ser un poco más robusto y cuadrado en la cabeza, mientras que el Americano (reconocido por la AKC) puede ser más ligero, estilizado y ágil.

Colores:

  • Negro: pelaje negro y marcas rojizas en zonas específicas del cuerpo.
  • Marrón: otra combinación de color aceptada, con pelaje marrón y marcas rojizas.
  • Negro metálico: perros completamente negros, sin marcas rojizas. Pueden ser menos comunes y no siempre aceptados por los estándares de raza.
  • Azul o azulino: un color aceptado por algunos estándares de raza.
  • Leonado (Isabellino): color marrón claro o beige, también aceptado por algunos estándares de raza.
  • Dorado: no es un color reconocido oficialmente, pero puede referirse a ejemplares de color marrón claro o beige con marcas rojizas.

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