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Cada vez más personas se cuestionan si las enfermedades y epidemias de nuestra época tienen un origen físico químico, o si hay otros factores que se escapan a la percepción intelectual. Cada vez más médicos han aprendido a comprender la estrecha interrelación que existe entre la existencia humana y la existencia espiritual. Quien está en armonía con su prójimo y con lo divino en él, es traspasado más intensamente en su alma y en su cuerpo por una fuerza espiritual. Esto significa que la consciencia espiritual de sus células es activa y domina el consciente y el subconsciente de las células. Así los grupos celulares orientados hacia el Espíritu reaccionan a ondas mentales que el hombre orientado espiritualmente envía a su cuerpo. Como todo organismo es un complejo vibrante donde cada órgano vibra según su capacidad de irradiación, cada órgano puede ser también invocado por el ser humano.