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Desde que los fenómenos económicos transitan en el país una velocidad de liebre, los indicadores reacciona también con la misma movilidad. El nuevo índice de “riesgo país” que están usando algunos conferencistas para explicar a sus audiencias qué pasa con el dólar, es la cantidad de reservas perdidas del Banco Central.
Objetivamente, el cepo cambiario ha predispuesto que el nuevo riego país, los dólares que se fueron del Central, sean las divisas.
El organismo viene perdiendo US$ 1.000 millones por mes.
Por la cifra desusual, el nivel de reservas del Banco Central pasó a ser la variable clave para anticipar si el contexto económico es manejable o si se está en la antesala de un fuerte ajuste.
Hay que remontarse seis años atrás para encontrar un nivel tan bajo como el actual.
Desde enero 2011 la pérdida ha sido de casi US$ 14.100 millones, pero a partir del cepo (octubre 2011) la sangría fue de US$ 9.000 millones.
En lo que va del año se evaporaron US$ 4.700 millones (10% del total de enero). Este declive se da pese a que el ingreso de divisas por la exportación agrícola (US$ 9.600 millones) fue US$ 1.000 millones superior al del año pasado.Y este cuadro es apenas un pantallazo. Porque profundizando el análisis los motivos que generan inquietud se acumulan.
La cosecha aportó más dólares y los particulares no pueden comprar y, aun así, el Banco Central pudo adquirir la tercera parte de billetes respecto al año pasado. Es de destacar la relevancia de los US$ 9.600 millones que ya liquidó el agro. El Central sólo pudo comprar poco más de US$ 750 millones.En abril el Central compró US$ 600 millones pero le vendió US$ 1.600 millones al Gobierno para el pago de obligaciones financieras.