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Mil gracias por todos los mails, llamadas, mensajitos, señales de humo, silencios.... Gracias por los rezos, los dedos cruzados, las promesas, por las velitas encendidas, las fuerzas y todo lo lindo que me mandaron y que lo sentimos, lo agradezco profundamente. Sé que
estuve en vuestros pensamientos, rezos y corazón. Estas cosas sirven para hacer figura lo que todos los días forma parte del fondo. Es decir, la familia hermosa que una tiene, mis amigos, mis jefes, mis compañeros de trabajo, mis vecinos. Estas situaciones inesperadas y dolorosas las vuelven figura, las ponen por delante y hacen que volvamos a mirarlas y valorarlas. Los quiero mucho y les agradezco a todos la gran caravana de amor y de fuerza que armaron en mi ausencia.
Maria del Valle Pereyra de Nioi, Bº El Huayco