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Mercedes Sosa hubiera cumplido ayer 78 años. Figura de la música popular más representativa de esta América morena nos dejó físicamente el 4 de octubre de 2009, pero quedó su infinita obra, sus enseñanzas, su arte. Se definía a sí misma como “cantora” antes que “cantante”, en lo que fue una distinción fundamental de la nueva canción latinoamericana de la que ella fue una de las iniciadoras: “Cantante es el que puede y cantor el que debe”.
El mes pasado se estrenó en Buenos Aires la película “Mercedes Sosa, la voz de Latinoamérica” (todavía no se vio en Salta ), sobre la cual habló con El Tribuno su hijo Fabián Matus.
¿Cómo repercutió en vos, afectivamente, hacer esta película sobre tu madre, en donde fuiste entrevistador y protagonista a la vez?
Duele mucho, duele. Es lindo, porque es lindo ver lo que la mamá significa para las personas, lo que les deja a esas personas que entrevisté, el amor que ellos manifiestan cuando se refieren a ella, pero es doloroso porque siempre está girando alrededor de la ausencia. El objetivo de la película creo que ha sido lo que te da más alegría y lo que te permite compensarlo: lograr un documento que sirva como un testimonio claro de lo que era la mujer, en este caso mi madre, esta mujer que cantaba. Creo que ese objetivo permitía sobrellevar los dolores. No quiero que se olviden de mi mamá y ese es el objetivo de la película. Pero es una gran movilidad hacerla.
¿Cómo seleccionaron las temáticas que aparecen en el film: el compromiso ideológico, el exilio, las canciones que ella elegía cantar?
Yo no diría cómo, la macana es que por el tiempo que tiene una película tenés que seleccionar. Lo mismo nos pasa a nosotros cuando hacemos las muestras: ¿cómo hacer una muestra fotográfica de Mercedes con tamaña carrera y profundidad artística? Tenés que elegir. Creo que parte de la selección fue también provocada por los testimonios de audio y video que fuimos logrando de la mamá. Entonces dijimos: si la mamá habla de la familia es porque la familia es importante. Si habla de la religiosidad y desde lo místico, nadie tenía demasiado conocimiento de eso. Ahora lo damos a conocer porque ella decidió hablarlo en un reportaje y dijimos: “Lo ponemos”. Ella era muy mística. Lo del exilio era inevitable, es un tema básico. El exilio vinculado a su posición política porque sino no habría un sentido por el cual se provoca el exilio. El contacto de ella con los artistas, el contacto de ella con la familia. Y su historia más privada, la más fuerte tal vez: la del amor, convivencia y despedida de mi padre. La partida de gente muy amada al momento del exilio. Pero no son tantos temas. Esos poquitos temas te permiten mostrar una Mercedes conocida y desconocida, las dos.
El documental muestra la soledad de Mercedes como una constante.
La mamá era una persona nostálgica. Tenía unos padres que ella amaba, adoraba. Su mamá la acompañó hasta los 65 años, vivió una buena cantidad de tiempo. Tuvo unos buenos compañeros, más allá de cómo hayan terminado. Después sí, a partir de que Pocho se fue, se le complicó un poquitito más ese espacio de amor a la mamá. Ahí había un poco de soledad. Tenía 43 años cuando murió su compañero. Tuvo otros novios, pero no tenían esa intensidad, esa profundidad que había tenido Pocho. Pero la realidad es que todos los artistas viven esa soledad, y sin esa soledad sería muy difícil ser artista. Cuando está todo bien en tu vida es muy difícil pensar en la sociedad, desarrollarte intelectualmente y compartirlo. Podrás ser un Palito Ortega, pero no podría ser una Mercedes Sosa, que tiene que andar buceando en el testimonio más fuerte de los poetas. Si bien ella tenía la tranquilidad de no tener que andar componiendo o escribiendo, había que seleccionar lo mejor de los poetas. El papel de ella como intérprete es también complicado.
Pero fundamentalmente era nostálgica. Uno le podía dar la alegría, divertirse, estar con ella, viajar juntos, cuando la puerta del cuarto se cerraba a la noche estaba todo lo que ella vivenciaba. Y eso le provocaba melancolía, nostalgia.
La democracia es un tema que aparece en película también.
No hacemos otra cosa que reproducir las palabras de la mamá. Si la mamá hablaba mucho de democracia nosotros estamos diciendo eso. Ella falleció en octubre de 2009 y a mediados de 2008 acá hubo casi un intento de golpe. Entonces no es ilógico que hablara de democracia hasta los últimos días de su vida . Había gente que quería lograr desestabilizar el gobierno de Cristina a partir del supuesto problema con el campo. La mamá me pidió que fuéramos a ver a la presidenta para decirle “estamos con vos para lo que necesites”. La mamá habla de democracia porque estuvo con ese tema hasta los últimos días.
¿Qué canciones tomadas por tu madre te emocionan?
Son más de seiscientas canciones, es complicado, pero el Gloria, “Sube, sube, sube”, “Romance de la Luna tucumana”, “Gracias a la vida”, “La carta”, “El otro país”, me parecen maravillosas.
Mercedes dejó un gran legado para Argentina y el mundo ¿qué legado te dejó a vos?
Ser de la familia de Mercedes Sosa te abre muchas puertas, para bien. Mercedes Sosa es una persona que muy pocas personas no quieren. Te deja una gran carga de responsabilidad, precisamente por ser sucesor de ella y después te deja aprendizajes como ética, amor, responsabilidad, cariño. Era muy amorosa y nos formó así a todos, amorosos. Esas cosas dejan muchísima enseñanza.
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