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De los tres equipos salteños que desde este fin de semana verán la bandera de largada del nuevo torneo Argentino A, es Gimnasia y Tiro el peor perjudicado en relación con el síndrome en común que tiene la mayoría de los equipos que le dio movilidad al mercado de pases a lo largo de la pretemporada: el famoso “mal de los papeles”, una problemática extradeportiva que involucra sólo cuestiones burocráticas, que exceden por completo al DT Víctor Riggio y a sus jugadores. En este sentido, el Tano y su plantel son los principales damnificados de las habilitaciones que no llegan.
Tres de los refuerzos del millonario provienen del extranjero: los uruguayos Ernesto Hernández (del Uniautónoma de Colombia) y Luciano Cabrera (Rentistas de Montevideo), más el bonaerense Diego Guidi (La Serena de Chile). Estos tres futbolistas están incluidos entre los once titulares que Riggio pondrá en cancha el domingo en el Gigante del Norte para el debut ante Tiro Federal, por lo que en la Vicente López “prenden velas” para que los transfers internacionales arriben a la Liga Salteña en menos de 48 horas.
Además de los controvertidos pases, restan aún las habilitaciones de Francisco Vazzoler y Conrado Besel (este último arrastra una suspensión de dos fechas de su último paso por el lobo entrerriano), pero ambas llegarían sin contratiempos en las próximas horas. Como aliciente, ayer arribaron los pases de Gastón Suso (titular el domingo) y Pablo Saucedo (otro suspendido), y se suman a los “ok” de Gonzalo Rovira y Claudio Acosta, quienes están habilitados desde el lunes.
Lo cierto es que en caso de no ser habilitados Hernández, Guidi y Cabrera, el Tano también alista a Martín Perelman, Sergio Plaza (o Federico Rodríguez) y a Franco Ascencio para el duelo contra el tigre rosarino. Pero en el caso puntual de que no juegue el volante uruguayo, Riggio es consciente de que tendrá serios problemas para ajustar las marcas.