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En las elecciones legislativas hay mucho más en juego que la futura conformación del Congreso, que se descuenta que cambiará pero no radicalmente. El domingo empieza a decidirse gran parte del futuro de los principales dirigentes políticos de la Argentina, de cara a una sucesión presidencial que aún aparece bastante difusa. En ese contexto, muchos de los que pondrán su suerte a prueba en las urnas no serán candidatos pero serán, sin duda, los grandes animadores de la contienda.
El Frente para la Victoria se encuentra en un momento muy particular de su vida política. Sin chances de re-reelección, Cristina no quiere que la lucha por reemplazarla termine afectando aún más a su gestión, que según las encuestas es desaprobada por el 65 por ciento de la gente.
Por eso, la Presidenta se puso al hombro la campaña de Martín Insaurralde en Buenos Aires y de Daniel Filmus en Capital, dos de los distritos más poblados del país. Pese a eso, los últimos sondeos no le son muy favorables al oficialismo a nivel nacional, ya que estaría perdiendo el domingo en provincias clave como Buenos Aires, Capital Federal, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y hasta en Santa Cruz.
En territorio bonaerense se juega la madre de todas las batallas, ya que allí se escrutarán cerca del 40 por ciento de los votos de todo el país. Las últimas encuestas difundidas entre el miércoles y ayer dan cuenta de una victoria de Sergio Massa por un margen algo mayor del estimado semanas atrás.
Un sondeo de Giacobbe y Asociados, conocido las últimas horas, da una diferencia de más de nueve puntos del intendente de Tigre sobre el de Lomas de Zamora y otra medición de Carlos Fara acorta a seis puntos esa ventaja, dándole a Massa casi el 38 por ciento de la intención de voto. De consolidarse esa tendencia, la derrota del oficialismo sería bastante más amplia que la ocurrida en 2009, cuando Néstor Kirchner perdió contra Francisco de Narváez por solo dos puntos de diferencia.
Se descuenta que el Gobierno logrará imponerse en Jujuy, Río Negro, Tucumán, La Pampa, Chaco, San Juan, Formosa, Chubut y Misiones, consolidándose así como la fuerza nacional con mayor cantidad de votos. Eso puede ser un premio consuelo a la hora del análisis de los resultados, pero tendría sabor a muy poco si se tiene en cuenta que las provincias más grandes podrían darle la espalda. El escrutinio de las primarias podría actuar como un techo para los candidatos oficialistas pero no para los opositores. Se estima que muchos de ellos -Massa sería el ejemplo más concreto- podrían reforzar su caudal electoral en octubre gracias a la influencia del voto útil.
Cristina Fernández
A solo dos años del fin de su mandato, y con las encuestas calculando un 65% de rechazo a su gestión, la Presidenta se juega una gran porción de su capital político en las legislativas de este año. Al estar casi enterradas las posibilidades de una eventual reforma constitucional, la mandataria intentará retener el control
del Congreso y derrumbar las aspiraciones futuras de varios de sus contrincantes. Cristina sabe que una buena elección le permitirá mantener vigente a su partido para la discusión en 2015 y desinstalar que se vive un fin de
ciclo. Por el contrario, un revés importante podría acelerar los tiempos en la disputa por la sucesión.
Sergio Mazza
Con un discurso que evita la polémica pero también muchas definiciones políticas concretas, el exjefe de Gabinete está al tanto de que una victoria lo posicionará en inmejorables condiciones para pelear dentro de dos años por la presidencia. El tigrense encabeza todas las encuestas en Buenos Aires y busca transformarse en
una especie de referente del poskirchnerismo, un rótulo que también lo quiere Daniel Scioli. Massa, quien debió endurecer su discurso por las dudas que generaba en una parte de la población, podría verse beneficiado en
octubre con una porción de los votos de Francisco de Narváez, muy alicaído según todas las encuestas.
Daniel Scioli
Pese a no tener candidatos de su sector en las listas, con su activa participación en la campaña el gobernador bonaerense logró apuntalar la postulación del desconocido Martín Insaurralde. El exmotonauta apuesta a ser el sucesor natural de Cristina en 2015, aún habiendo sido fuertemente denostado por la Presidenta y sus colaboradores. Scioli sabe que el intendente de Lomas de Zamora medía muy poco al comienzo de la campaña
y que su aporte fue fundamental para hacer crecer las chances del oficialismo. El mandatario busca que, en caso de producirse, una eventual victoria de Massa no sea muy holgada ya que eso perjudicará su deseo presidencial.
Mauricio Macri
El líder del PRO ya avisó hace tiempo que en dos años buscará suceder a Cristina y necesita para eso consolidar a su fuerza en territorio porteño. Las encuestas hablan de un amplio triunfo de Gabriela Michetti en la elección
de senadores por la Capital, lo que empujará a Macri en su aún lento armado nacional. El jefe de Gobierno también podrá anotarse algún mínimo poroto en una eventual victoria de Massa en Buenos Aires, ya que algunos
intendentes que responden al PRO acompañan al intendente de Tigre. Macri buscará sumar votos a su proyecto también en Santa Fe, esperando que Miguel Del Sel repita la gran elección que hizo hace dos años.
Hermes Binner
Segundo en las últimas elecciones presidenciales, el líder del FAP quiere ratificar su vigencia política y se encamina -según todas las encuestas- a una gran victoria en Santa Fe. El exgober-nador, a diferencia de FAP que
conduce Binner podrá sumar también parte de los votos de UNEN en Capital, de Margarita Stolbizer en Buenos Aires y de Julio Cobos en Mendoza. El exgobernador busca transformarse en el dirigente opositor no peronista más trascendente del país de cara a las presidenciales de 2015. Su ingreso al Congreso de la Nación le dará
más participación en la vida política y un mayor protagonismo en el escenario nacional.
Julio Cobos
Luego de dos años sin cargos y con poca repercusión mediática, el exvicepresidente quiere transformarse en el dirigente radical mejor ubicado de cara a los comicios presidenciales. Su candidatura a diputado nacional por
Mendoza encabeza los sondeos de opinión y una victoria podría respaldar con hechos sus chances para 2015.
La apuesta de Cobos es levantar el perfil político y disputar con Hermes Binner (con quien podrían ir a una interna) y Mauricio Macri el voto no peronista para la sucesión. La mala performance que se espera para muchos radicales puede contrastar con su triunfo en una de las cinco provincias más pobladas del país.
José Manuel de la Sota
Si bien no es candidato para esta elección, el gobernador cordobés buscará extender su influencia al terreno nacional y magnificar su figura de cara a la sucesión presidencial. Una eventual victoria de su delfín Juan Schiaretti, como anticipan todas las encuestas, impulsará notablemente sus chances para disputar la jefatura de
Estado en 2015, así como una derrota las derrumbará por completo. Un eventual triunfo del delasotismo en Córdoba -la segunda provincia más poblada de la Argentina- dejaría instalado al mandatario dentro del espectro
peronista opositor. Allí también podría anotarse Sergio Massa, aunque su perfil es mucho más conciliador que el de De la Sota.