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3 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
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César Isella: “La Misa Criolla fue la primera fusión en el mundo”

Jueves, 12 de septiembre de 2013 19:12
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La abuela Ester lo acunó con coplas; Panchaco, un vecino muy singular, le enseñó a tocar la guitarra; los amigos poetas y cantores le marcaron el camino del arte y la bohemia, y la vida “que fue muy generosa conmigo” le dio el enorme privilegio de llevar el sentir popular de esta América morena por el mundo. César Isella es uno de los referentes más altos que dio Salta para llevar su arte más allá de las fronteras. Como ejemplo, baste recordar que acaba de llegar de una gira por Europa y Medio Oriente. A poco de tocar suelo argentino voló a Salta para agradecer al Señor y a la Virgen del Milagro porque “me ayudaron en la batalla contra un malvado cáncer que me había afectado”.

Isella estuvo ayer en la redacción de El Tribuno y compartió una webcam con nuestros lectores.
Llegó con su guitarra todavía embalada como equipaje del viaje que hizo de regreso desde Londres, hace apenas unas horas. Por momentos habló él, por momentos su guitarra, porque la música y las composiciones son parte indisoluble de su riquísimo relato sobre su vida artística.

A cada pregunta responde con una anécdota. Cada situación que recuerda tiene por lo menos un nombre de algún otro gran hacedor de la cultura popular. Por eso, recurrentemente vuelve a Gustavo Cuchi Leguizamón, a Manuel J. Castilla, a “mi padrino que hace poco nos dejó”, Eduardo Falú, y también a Miguel Angel Pérez; César Perdiguero, Los Fronterizos, de los que formó parte durante diez años, Mercedes Sosa, Horacio Guaraní, León Gieco, Víctor Heredia, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Chabela Vargas y los chilenos Violeta Parra, Inti Illimani, Quilapayún y “mi amigo y hermano” Víctor Jara, asesinado por el dictador Augusto Pinochet.
Si de recuerdos se trata, el relato de Isella puede ser una sucesión de graciosas anécdotas matizadas con nombres de lugares y de personajes que moldearon su vida, o el emocionado recuerdo de su exilio en España, o la muerte de Salvador Allende en Chile.

El maestro preso

César es hijo de una familia numerosa (tiene 10 hermanos) que creció en el Barrio Obrero de Salta y vivió sobre la calle Leguizamón.

Aunque pasó sus primeros años al lado de su abuela Ester que cantaba y tocaba la guitarra, ella reprobó la idea de que ese niño aprendiera música. “Los guitarreros son pendencieros, borrachos, mujeriegos”, le decía.
Pero no pareció suficiente argumento para el niño, quien parecía saber que la música le daría bienestar y las mayores alegrías. Recurrió a un vecino, Panchaco Palacios, un irrespetuoso de la ley que vivía escapando a la policía. Tanto que cuando César le pidió que le enseñara a tocar la guitarra, el hombre le dijo que tenía que ser adentro de la casa. “Yo en la vereda no puedo estar porque cuando veo que viene la cana, me rajo y te dejo solo, me dijo, y alcanzó a enseñarme la y un dominante, y nada más. Pero desde ahí no paré nunca”.

Con las vueltas de la vida, estaba César en Buenos Aires y vió el titular de un diario que decía “Asaltó un banco en Salta y huyó en bicicleta”. El ladrón era Panchaco. Y hay más: en una ocasión, Los Fronterizos fueron a la cárcel de Salta (como solían hacer en cada lugar que actuaban) a cantar para los presos. “¿Quién estaba ahí adentro? Panchaco. ¿Qué hacés acá?, pregunté, a lo que me contestó: turismo”, recordó César.

Una historia para ser contada, para un libro, como se suele decir. Quizá algún día César escriba la historia de su “profesor de guitarra”.

Pioneros a mediados delos 60

 

“Hasta 1964 no existían las fusiones. Con Los Fronterizos grabamos en 1962 el disco ‘Coronación del folclore’, con Ariel Ramírez, Eduardo Falú. En 1963 el padre Alejandro Mayol se encuentra con Ariel y le pide que haga la ‘Misa Criolla’ y Ariel, rápido de reflejos, se interiorizó de la idea del curita y un año después estábamos grabando esa obra extraordinaria con Jaime Torres, Domingo Cura, entre otros. Habíamos hecho la primera fusión de músicos en el mundo.

Más adelante, cuando vino al país el cubano Silvio Rodríguez, hicimos un recital en Obras Sanitarias con Piero, León Gieco, Víctor Heredia, también fue fusión. Después del 70 la fusión fue más común en el mundo”, puntualizó Isella, pero orgullosamente resaltó que con la “Misa Criolla” fueron pioneros.

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