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Mabel Bello: “En verano crecen las consultas por bulimia y anorexia un 20%” 

Domingo, 12 de enero de 2014 03:19
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Creadora y consultora de la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (Aluba), la doctora Mabel Bello dialogó con El Tribuno sobre estas patologías, las cuales crecieron notablemente entre los niños en edad escolar y los varones, aunque el grupo más vulnerable siguen siendo las adolescentes mujeres. Durante el diálogo, la especialista remarcó que “los casos de bulimia y anorexia crecen hasta un 20% en el verano”. 

¿Qué avances y qué cuentas pendientes ve en Argentina desde el primer día de funcionamiento de Aluba hasta hoy?

Tenemos datos que indican que en Argentina, 1 de cada 10 adolescentes mujeres de entre 14 y 18 años sufre algún tipo de trastorno alimentario. También muestran que entre el 2000 y el 2010 crecieron de manera alarmante las patologías alimentarias entre los adolescentes varones, que pasaron del 2 al 10 por ciento.

Pero los trastornos alimenticios ya no son un problema solo de adolescentes y adultos jóvenes, sino que también están afectando a la población infantil. Y cada vez hay más consultas pediátricas sobre problemas en la alimentación, especialmente en relación con chicos de entre 3 y 9 años. 

Vemos casos de nenes de primer grado (6 años) que dicen “no quiero tener panza”, y está claro que repiten lo que ven de una sociedad obsesionada con las calorías y la comida. Una cuenta pendiente es tener cifras precisas sobre estos trastornos en niños.

¿La bulimia y la anorexia tienden a incrementarse en el verano? 

Sí. En esta época del año crecen hasta un 20% las consultas por casos de bulimia y anorexia. Cerca de las vacaciones la preocupación por la figura hace que muchas personas se vuelquen en forma intensiva al gimnasio o a las dietas “milagrosas”.

¿Puede definir técnicamente los síntomas de estas patologías?

El paciente con anorexia tiene una distorsión de su imagen corporal que lo lleva a creer que cada vez está aumentando más de peso. Se obliga a mantener una dieta cada vez más estricta aunque está adelgazando de manera alarmante, y en los casos más severos pueden llegar hasta a dejarse morir de hambre. Esto puede provocar caída del cabello, alteraciones de la piel y trastornos gastrointestinales, además de sentimientos de ansiedad, depresión y aislamiento social.

La bulimia en general comienza alrededor de los 19 años y se caracteriza por episodios de “atracones” en los que se come en exceso, y luego viene un intento de compensar ese descontrol mediante vómitos, ayuno, laxantes y hacer gimnasia compulsivamente.

Popularmente las patologías antes mencionadas se asocian en seguida con los desórdenes alimenticios, ¿qué otras patologías son relevantes y desconocidas? 

Han surgido cinco nuevas patologías relacionadas con la comida. Una de ellas es vivir obsesionado con comer sano. Es un trastorno conocido como “ortorexia”, y se produce en personas que ingieren alimentos orgánicos, productos light o macrobióticos, pero deciden en base a creencias personales qué es sano y qué no, a veces con información de internet. Creen que el café puede provocar problemas cardíacos, eliminan el pollo porque está lleno de hormonas, etc. Esto puede llevar a la desnutrición.

Otra tendencia actual es que entre el 1 y el 5% de la población come en la mitad de la noche. Se despiertan con preocupaciones y ansiedad y se levantan de la cama para abrir la heladera. Esto calma su ansiedad, con lo cual luego vuelven a acostarse. 

Otro trastorno se llama “permarexia”, y corresponde a quienes realizan frecuentemente dietas que aparecen publicadas en diferentes revistas. Viven “contando” las calorías de los alimentos, y suben y bajan de peso constantemente. Los pacientes son principalmente son mujeres profesionales, con un alto nivel de educación.

También tenemos la “drunkorexia”, que es la conducta de jóvenes que comen muy poco durante el día (por ejemplo, solo un yogur) para poder consumir alcohol a la noche, y no engordar. Están obsesionadas por su cuerpo, su imagen y no subir de peso.

Finalmente, está el síndrome del “comedor selectivo”, que va dejando de lado algunos alimentos, y a lo largo de los años llega a comer menos de diez alimentos diferentes. Las carencias nutricionales no siempre producen la muerte, pero provocan una mala calidad de vida.

¿Es cierto que las adolescentes mujeres son las más afectadas?, ¿cuál es el panorama entre los varones y en otros rangos etáreos?

Las patologías tienen mayor incidencia en la adolescencia, aunque la edad de comienzo es cada vez más temprana, incluso en la escuela primaria. Por otro lado, aunque el sexo femenino es más vulnerable a este tipo de patologías, cada vez son más los varones jóvenes afectados por desórdenes alimentarios. La edad de mayor riesgo es la de los 12 a los 25 años. Actualmente, el 10% de los varones padecen trastornos alimentarios, un porcentaje que se ha incrementado notablemente en los últimos diez años.

¿Los trastornos en la alimentación pueden darse por cuestiones socioeconómicas, como la pobreza o el subempleo?

No, estas patologías no reconocen clases sociales, zonas geográficas ni nivel cultural. Se dan en todo el mundo, y en todas las etnias. Hasta 70 millones de personas en todo el planeta luchan con un desorden alimenticio.

¿Cuál es la situación en el norte argentino?

En el norte existen las mismas patologías que en el resto del país y del mundo. En Tucumán tenemos una sede. Estamos trabajando desde hace 17 años y ya hemos dado de alta a cerca de 200 pacientes. Y en Chaco hace años firmamos un convenio marco de cooperación con la Secretaria de Desarrollo Social y brindamos charlas en distintos centros comunitarios.

Cómo detectar la bulimia y la anorexia

¿Cómo se detectan y cómo se tratan la bulimia y la anorexia?
La anorexia o la bulimia son enfermedades que van más allá de la relación con la comida. El primer paso hacia la recuperación es la comprensión de la condición y la búsqueda de ayuda profesional. Solo con un buen tratamiento integral se puede lograr la recuperación. Podemos dar algunos indicadores:

Los padres deben observar si sus hijos tienen un trato obsesivo con la comida (por ejemplo, si cuentan calorías o gramos, o comen solo ciertos productos y marcas).

Hay que estar atento a los cambios de conducta: si se aíslan, están más agresivos, revuelven el plato para ocultar que comen muy poco, y están obsesionados con la imagen.

Las horas de estudio pueden servir como excusa para no comer, por ejemplo, al argumentar época de exámenes o mucha tarea.

Es fundamental que la familia esté presente durante los tratamientos, para ayudar a los jóvenes a generar un proyecto con otro tipo de compromiso hacia la vida.

Destacada trayectoria

La doctora Mabel Bello es médica psiquiatra y fue jefa de la sección de Salud Mental del Hospital de Gastroenterología Dr. Carlos Bonorino Udaondo. Además, es Magister en Neuropsicofarmacología y fundadora de Aluba, asociación en la que se desempeña como consultora médica. 

Por otra parte, es también directora del curso de posgrado presencial en Patologías Alimentarias que dicta la Facultad de Medicina de la UBA.

La profesional es también miembro honorario del Centro de Psicoterapia Psicoanalítica de Lima, Perú, integrante de la Academia Americana de Patología Alimentaria (USA), miembro del Consejo Europeo de Patología Alimentaria y representante de Aluba ante el Departamento de Información Pública de la ONU, con sede en Nueva York. 

 

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