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Desnudos, muy osados y seguramente dispuestos a afrontar lo que, seguro sabían, sería una notoriedad inmediata en el mundo, los malabaristas franceses Yohann y Raphaël, hermanos, grabaron un video llamado Serviette (servilleta), acá traducido como “El baile de la toalla) en la que muestran sus habilidades y sus anatomías.
Muy sueltos de cuerpo, los integrantes del dúo Les Beaux Frères sorprendieron a todos los que quisieron ver su nueva propuesta, que generó la risa y la aceptación del público, además de la diversión de ellos.
Tratando de no mostrar sus partes íntimas, los cómicos revolean las toallas, las intercambian y juegan con ellas hasta que, al final, el público aplaude de pie en medio de las carcajadas.
Los pícaros franceses fueron capaces de despertar la atención apenas aparecen en escena y la prolongan hasta el final, con la misma gracia y calidad, arrancando aplausos pero también reacciones de exaltación en varios momentos cuando parece que la toalla se les escurre de las manos y va a caer, dejándolos como Dios los trajo al mundo. Suspiros y más suspiros desde la platea; miradas cómplices y gestos de picardía entre ellos mientras disfrutan del entretenido juego del “que se resbale, que se caiga, que no, que sí”.
Quienes los conocen dicen que de tanto en tanto sorprenden con alguna nueva rutina de humor. Ahora, volvieron a estar en la cresta de la ola de las redes sociales con solo recurrir a un pedazo de tela blanca, sin guión y sin otro elemento más que el talento y la creatividad.
Los “hermanos bellos”, como los llaman se presentaron vestidos sólo con una toalla en el programa francés Le Plus Grand Cabaret Du Monde.
La web es como una Caja de Pandora. Nadie sabe qué cosa, en qué momento va a explotar y a inundar el universo con sus bajadas y copias.
A mediados de 2012, el furor fue “El baila del caballo”, del surcoreano Psy, que tuvo 2,3 millones de “Me gusta” en YouTube en poco más de dos meses. ¿Será este caso de la toalla o de la servilleta?
El paso de los días dará la respuesta a este interrogante. Mientras tanto, millones en el mundo se reirán y seguirán con cuidado los movimientos de los muchachos, “no vaya a ser que la toalla se caiga y me lo pierda”. Hay que verlo hasta el final para saber...