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Alumno, etimológicamente, significa sin luz. Maestros son quienes ejercitan la facultad de dar luz, de enseñar. El reclamo de los maestros -justo, por cierto- es salarial, pero aquí aparece un tercero, el Partido Obrero, que se hace dueño de todas las protestas como adalid de lo bueno y de lo justo.
Pero hay un viejo adagio que dice “somos lo que hacemos”, o dicho de otra manera por nuestras abuelas: “una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa”, y así quedamos. Un reclamo salarial terminó con el copamiento de la Legislatura salteña, y la Justicia debe encargarse de estos cazadores de brujas privilegiados. Perón decía: “Los únicos privilegiados son los niños”. Esta maniobra política es conocida como el efecto mariposa o efecto caos (hacer de una cuestión simple una bola de nieve). Está a la vista que los afanes de estos políticos que ejercitan doctrinas rusas (trotskismo) no se ajustan a nuestra realidad. Este conflicto ya terminó, pero mientras tanto se ocuparon de quemar crucifijos y en patota desafiar a medio mundo.
No quiero ocuparme del PO ni me interesa, a los fines prácticos solo pido respeto. Seguiré pensando en el Preámbulo de nuestra Constitución que dice: “Invocando a Dios fuente de toda razón y justicia, para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino”. A los maestros con todo respeto les digo: “Se puede dudar de la verdad, se puede dudar hasta de la justicia, pero no se puede dudar de nuestros propios”.