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Qué es lo primero que te viene a la mente cuando escuchas “variedad sexual”. Tal vez pensaste en nuevas y originales posiciones; mientras que otros inmediatamente se imaginaron haciendo el amor en lugares poco convencionales, pero otros han ido mucho más lejos. En un breve detalle, Alessandra Rampolla te cuenta algunas viejas tendencias que regresan:
Ponny girls. Vestirse de negro y con cueros no parece ninguna novedad, ¿verdad? Pero hay chicas, se atreven a mucho más. A ellas las estimula (¡y de qué manera!) jugar al “caballito” con sus parejas. A ellas las excita lucir como si fueran unos coquetos ponies. Suena extraño, pero es una práctica bastante antigua: dicen que Aristóteles disfrutaba de ella.
Castidad siglo XXI. Cuando los caballeros de la Edad Media salían a “divertirse” con sus amigotes, se iban a una Cruzada. Y para evitar que otro hombre consolara a su mujer, pues le ponían a su esposa el infame cinturón de castidad. Cerraban el candado y llave en mano, se montaban en sus caballos y partían a Tierra Santa. Esta práctica que creímos sepultada en la Edad Media, puede ser muy excitante para algunos. Y en pleno siglo XXI podemos encontrar cinturones de castidad no sólo para ellas, sino también para ellos.
¿Dónde está el placer? En que un integrante de la pareja guarde la llave y el otro aguante su “excitación”, hasta que el dominador decida abrir el candado.
Furry Sex. Hace unos años, en un capítulo de la serie CSI aparecieron unos extraños personajes: gente que se disfrazaba de animalitos de peluche para sus juegos sexuales, conformando así una curiosa comunidad que compartía el singular placer de erotizarse caracterizado como un osito, conejito, mapache o como el lobo del correcaminos. Pero los guionistas de la serie forense no utilizaron su imaginación para crear a sus personajes. Se inspiraron en la realidad. Esta práctica sexual se denomina Furry sex.
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