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Entre las 10.30 y las 20 de ayer el sector comprendido entre San Martín, Catamarca, Lerma y el pasaje Mirador estaba tomado por los animales y sus parientes. Y sí, entre los amantes de los que caminan en cuatro patas, es normal que el nombre de familia con que se distingue a las personas también decore el apelativo de las mascotas.
A la tercera edición de Animalandia -organizada por PAS (Protectoras de Animales de Salta) y declarada de interés municipal por el Concejo Deliberante de la ciudad de Salta-, acudieron cientos de personas atraídas por la consigna de compartir una jornada en familia junto a quienes, como ellos, no conciben a los animales como propiedad sino como parientes.
Perros de razas de moda como salchichas, weimaraner, schnauzer y bichón frisé convivían en armonía con los mestizos. Un caleidoscopio de colores se percibía en el conjunto de canes. Muchos estaban ataviados con gran imaginación y audacia para participar del tradicional desfile de mascotas disfrazadas. A las 16, ya había 215 inscriptos para concursar en varias categorías: perros pequeños, medianos, grandes y discapacitados.
Los concurrentes recorrieron junto a sus amos los diversos stands. Los puestos invitaban a presenciar la exhibición de videos sobre tenencia responsable de mascotas y derechos de los animales, o a conocer animales en situación de adoptabilidad. También representantes de veterinarias, forrajerías, boutiques y peluquerías caninas pusieron en venta accesorios, juguetes y alimentos a precios especiales. Los visitantes, asimismo, pudieron disfrutar de peloteros, animación, números musicales (entre los que se destacaban Federico Maldonado, Willy Campero, Sobredosis, Nahuel Díaz, Yacones y Los Juveniles Panda), rifas y sorteos con premios sorpresa. Los números de cada edición no son menores.
“En 2012 asistieron más de 5.000 personas y recaudamos $22.000 que se tradujeron en 600 castraciones. El año pasado recaudamos $17.000 que se emplearon en esterilizaciones realizadas en los barrios Solidaridad y La Paz, donde habíamos detectado una preocupante cantidad de animales callejeros”, contó Lucas Iñigo, presidente de PAS, una asociación que nuclea a Cuestión Animal, Adopciones Salta, American Pitbull Terrier Salta, Fundaleg Animal, Compromiso Animal Salta, Patitas en Acción y proteccionistas independientes. Iñigo explicó que “todas estas protectoras apelamos en este día a fortalecer el vínculo entre el ser humano y las distintas especies animales y, sobre todo, hacer hincapié en la necesidad imperiosa de incorporar a nuestra vida social el concepto de tenencia responsable”. Este concepto va más allá de los derechos del animal y pone el eje en la obligación de los dueños de mascotas de proveerles asistencia sanitaria, alimentación, vivienda y el cariño que toda relación conlleva, un pacto que prescribe cuando sobreviene la muerte del animal.
Los objetivos de 2014
Según Iñigo, ahora la preocupación está puesta en controlar la población canina y felina del interior de Salta. Este joven advirtió que en las localidades retiradas, “la precaria realidad de los animales callejeros de la ciudad de Salta se cuadruplica por la falta de veterinarios” para animales domésticos, debido a que la mayoría de los especialistas están abocados al tratamiento de animales de gran porte, atención con mayor demanda en zonas rurales. En la capital planean establecer cronogramas de visitas en las escuelas primarias, donde darán charlas sobre el cuidado de las mascotas, con material didáctico incluido.
También realizan ventas de garaje todos los domingos, de 16.30 a 20.30, en las calles Lavalle y Mendoza, al lado del Museo de Ciencias Naturales. Los productos que ofrecen (zapatos, ropa y juguetes en su mayoría) son donados por manos generosas.
“Patitas”, recién llegados
Siete jóvenes forman el incipiente grupo Patitas en acción. Dos muchachos y cinco chicas que seguramente se conocieron en alguna aventura de rescate animal. Dicen que su especialidad son los animalitos atropellados. Buscan fondos para financiarles un tratamiento veterinario, una casa provisoria donde los atiendan durante su recuperación y luego una familia que se comprometa a adoptarlos mientras dure la vida de la mascota. Su trabajo voluntario como asociación -por ahora, sin personería jurídica- no cumplió el año y sin embargo, historias aterradoras sobran. Como la de un gato negro al que habían abandonado medio muerto cerca del edificio de Vialidad. Tenía la cola cortada intencionalmente, y estos jóvenes advierten que es una práctica común cercenarles la cola o alguna pata a los felinos de este color para usar en algún hechizo o como amuleto. También relatan la historia de Esmeralda, que estaba amamantando a su cría debajo de un camión una tarde calurosa cuando el chofer puso en marcha el vehículo y le pasó por encima tres veces. El animal sufrió rotura del diafragma y la cadera, y quedó discapacitado. Por el hecho existe una denuncia penal que se tramita en la Fiscalía 4, a cargo de la Dra. González.
Un espectáculo de destreza y fidelidad
Gran habilidad e inteligencia demostraron Faustina, Kimbo, Frida y Esco, los perros de la sección Canes del Servicio Penitenciario de Salta. Participaron de una exhibición de adiestramiento bajo las amables órdenes de cuatro de sus adiestradores: los sargentos Juan Abán, Mario Lescano y Jorge Aráoz, y el cabo Juan Lamas. El oficial Ramiro Maita explicaba al público las diferentes pruebas y qué objetivos se perseguía con cada una. El empleo de estos animales por los cuerpos policiales y militares obedece a diferentes cometidos y los entrenamientos se dividen en especialidades. Así existen los perros detectores (explosivos, minas, narcóticos, tabaco y animales exóticos), los de intervención (protección, antidisturbios, búsqueda de delincuentes, rescate de rehenes y combate en población), los de salvamento (deslizamientos de tierra, derrumbes de edificios, avalanchas, socorristas, rastreo, venteo) y los de policía científica (ruedas de reconocimiento de sospechosos, búsquedas de indicios, y de personas y cadáveres). Juan Lamas explicó a El Tribuno que la División Canes tiene catorce perros ovejero alemán en servicio en distintas reparticiones como las unidades carcelarias 1 (de Salta Capital), 2 (de Metán), 3 (de Orán) y la Alcaidía General. Con ellos permanecerán hasta cumplir los 8 años. “El entrenamiento se inicia a partir de los 60 días y dura entre un año y medio y dos años”, explicó Lamas. “Hay varios métodos, pero normalmente trabajamos con el juego o la comida”, agregó.