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Después de tanta espera, de pedir que alguien les dé una respuesta por el trágico final con el que terminó Paola Alejandra Ramírez (16), el jueves por la noche, el fiscal penal Eduardo Barrionuevo se contactó con los familiares para comunicarles que hay un sospechoso del crimen que se encuentra detenido.
El lunes 12 de mayo trabajadores que se dirigían a una finca a pocos kilómetros de Aunor encontraron el cadáver de una mujer en el km 1.581. Desde ese momento pasaron varios días sin saber la identidad de esa persona, hasta que una de las tías de Paola leyó una publicación en la web de El Tribuno, donde se realizaba la descripción de la ropa con la que la joven había salido por última vez de su casa. Lo peor acababa de confirmarse para el núcleo más íntimo de la víctima.
Según lo aportado hasta ese momento por los peritos forenses, se sabía que la muerte había sido “asfixia mecánica por ahorcamiento”.
Luego, los datos fueron en gran mayoría erróneos, primero dijeron que se trataba de una chica de entre 24 y 30 años, cuando era solo una jovencita de 16.
Nunca se hizo un identikit como debería haberse realizado para que los medios difundan la imagen comn el propósito de develar la identidad de Paola y no crear incertidumbre.
En el lugar del hecho los mismos familiares encontraron pruebas que sumaron a la investigación, tales como prendas de vestir de hombre. Se trataba de una remera y un calzoncillo que personas desconocidas habían intentado quemar.
Golpes en el rostro
Incluso se dijo que la joven no presentaba signos de violencia. Sin embargo, sus tíos señalaron todo lo contrario.
“Se le notaban golpes en el rostro y algunas partes del cuerpo”, sostuvo uno de ellos.
La investigación, desde un principio irritó y generó el malestar e indignación de la familia de Paola, pero también a gran parte de la población salteña.
El cuerpo de la joven estrangulada habría sido arrojado en el lugar del hallazgo.
Durante las últimas horas se supo que hay un sospechoso que tendría más de 30 años de edad.
Según informaron personas cercanas a la familia, el sujeto no sería un conocido de la víctima.
“Así como le pasó a Paola le podría haber pasado a cualquier otra mujer. Estuvo en el lugar y en el momento equivocado”, manifestó una fuente ligada a la causa.
Cabe recordar que el domingo 11 de mayo, previo a su muerte, la adolescente había pasado la noche en el boliche Pecas junto a unos muchachos. Fue el último lugar donde habría estado.
Paola Alejandra Ramírez era mamá de una beba de siete meses que al momento de su desaparición estaba en la Casa Cuna. Hoy, la pequeña se encuentra bajo el cuidado de su tía Gabriela, la primera persona en sospechar y darse cuenta de que el cadáver que yacía a pocos metros del peaje salteño era de su sobrina.
Marcharon en la Ciudad Judicial
El miércoles pasado los familiares de Paola Ramírez, junto a madres y padres de la Comisión de Familiares contra la Impunidad, reclamaron por la falta de pruebas y la indiferencia por parte de las autoridades en las distintas causas por homicidios y personas desaparecidas, entre otras que aún siguen sin resolver.
A cargo del megáfono estuvo Ana Fernández, una de las principales referentes de la Comisión y madre de Cintia Fernández, la joven que fue asesinada en abril del 2011 y cuyo crimen sigue impune. La señora no tuvo reparos a la hora de culpar a los fiscales y jueces que “no dan la cara, porque además de inoperantes son cobardes”, fue una de las tantas frases que disparó en la puerta de la Ciudad Judicial. En tanto, Victoria Rodríguez, madre de Paola, tíos, tías y primos volvieron a marchar ayer a las 19 junto a la Comisión, actualmente conformada por unas 70 personas, quienes como todos los viernes, desde hace dos años y nueve meses, reclaman Justicia en la plaza 9 de Julio, en pleno microcentro de la capital salteña. La búsqueda de la verdad, la justicia y el amor por los seres que ya no están son algunos de los motores que impulsan a padres, madres, hermanos y personas en general a unirse en un solo grito.